Capitulo 3: No caer en la trampa.

21.3K 1.4K 251
                                    

— ¡Valeria! —Gritó Julia.

Sentí en ese momento un miedo inmenso, no alcancé a casi ni a reaccionar…

Mientras caía sentí que me agarraron del brazo, y que después me envolvían abrazándome. Este acto amortiguó mi caída.

Poco a poco fui abriendo los ojos, vi al chico debajo de mí, aun me tenía abrazada con fuerza.

—Oye…. Oye ¿Estas bien? —Empecé a moverlo para que pudiera reaccionar.

—Duele… —Exclamó él llevándose las manos a la cara.

Suspiré de alivio al ver que por lo menos estaba reaccionando.

—Valeria…

Levanté mi vista y vi a Julia, se le veía asustada.

—Estoy bien… -Respondí yo intentando salirme de enzima del chico.

— ¿No te duele nada? —Julia me tocó el hombro, en ese momento sentí un leve dolor, pero no le tomé importancia.

—No… —Miré al chico el cual se estaba poniendo de pie.

¿Por qué saltó él también?

No me entraba en la cabeza como alguien tan tonto podía saltar de un árbol solo para poder quedar bien…

—Tonto… —Susurré. Seguido de eso Julia me golpeó en el brazo. — ¡Au! —La miré enojada. Ella también se le veía así.

— ¿Cómo le puedes decir tonto, después de que te intentó ayudar?

—Para empezar, él comenzó todo y además… Nadie le pidió ayuda —Exclamé.

Hablando de empezar todo ¿Dónde está el libro?

Mire hacia los lados, lo vi junto a la rama de la cual me caí.

Me apresuré en tomarlo, lo limpié y miré si es que no le había pasado nada. Al parecer solo tenía polvo, pero nada más.

Sentí la presencia de alguien detrás de mí.

Me volteé rápidamente, ahí me encontré con la mirada enojada del profesor Galilei.

—Señorita Carvajal ¿Qué ha ocurrido aquí?

—Esto…. Se rompió la rama. —Dije con una sonrisa apuntando al árbol.

—Si me doy cuenta, pero ¿Cómo se rompió la rama? —Se cruzó de brazos

—Uuunn… ¿Pájaro obeso? —Levanté los hombros y le sonreí.

—A la dirección ahora —Indicó con su dedo la oficina.

—Pero…

Me ignoró y vio al chico pelirrojo.

— ¿Y usted quién es? –Preguntó el profesor.

—Soy el sobrino del conserje. –Dijo mientras se enderezaba

—El sobrino de Don Marcos… Puede que no esté en el establecimiento, pero esto no se debe hacer nunca más, ¿entendido?

El chico solo asintió levemente.

Yo me quedé indignada al ver que el profesor no hizo nada contra él, solo por ser el sobrino del conserje.

— ¿Estas herido? –Preguntó el profesor.

—Creo que me zafé el brazo. —Él se tanteó el brazo.

— ¿Y cómo sucedió todo esto? —El profesor se giró a verme.

—Esto…

—Fue porque el chico quiso proteger a Valeria de la caída. —Dijo Julia sonriendo.

—Así que todo fue su culpa señorita… —El profesor sonrió levemente.

—No fue mía, fue culpa de él, por colocar mi libro en el árbol. –Indiqué al chico con mi dedo enojada.

—No intente echarle la culpa a alguien más… —El profesor hizo una pausa para tomar aire. –Antes de ir a la dirección vayan a la enfermería, asegurémonos de que están bien.

Yo asentí desganada y me encaminé a ella. El chico iba al lado mío callado, pero después de un rato habló

— ¿No te duele nada? –Preguntó él intentando tomar mi brazo. Yo lo aparté para que no me tocara.

—Estoy bien. —Dije seria y apresuré el paso hacia la enfermería. En poco tiempo ya estábamos los dos dentro, pero no estaba la enfermera.

Y aun así le pagan…

Me senté en la camilla y tomé mi libro.

Sentía la mirada del chico hacia mí, pero intenté ignorarla… Después de un tiempo ya no pude más, cerré el libro y lo miré

— ¿Tengo monos pintado en la cara o qué?

El solo se rio y se acercó a mí.

—Q...qu...e –Intenté apartarme un poco, pero él se iba acercando cada vez más. Luego extendió su mano hacia mi cara haciendo que me pusiera más nerviosa.

—Tienes hojas en el cabello. –Dijo el sacando una de mi pelo.

—Gracias… —Lo aparté y suspiré de alivio.

— ¿Por qué es tan importante este libro? –Tomó el libro que tenía a un lado.

Se lo arrebate de las manos y lo puse debajo de mi chaleco.

—Porque sí.

— ¿Por qué si?

—Porque es de mi tía.

—Es su diario

— ¿Cómo lo sabes? ¿Lo leíste? –Me puse en pie y lo golpeé en el brazo. El hizo una expresión de dolor y se tocó el brazo levemente.

—No, porque dice diario de María afuera.

Miré la portada del libro, y si decía diario de María

—Cierto…. –Dije seria.

— ¿No te vas a disculpar? –Se rio él.

— ¿De qué?

—Por pegarme.

—Te lo mereces.

— ¿Qué?

—Si tú nunca me hubieras quitado el libro no habría pasado esto.

—Pues ese era el plan.

— ¿Caerte del árbol?

—No, el plan era poder atraerte con el libro.

—No soy perro como para que me tenga que atraer con algo. –Dije enojada dirigiéndome a la puerta.

Me detuve en el borde de esta y suspiré

—Si te duele mucho el brazo ve al hospital, no creo que la enfermera llegue luego. –Acomodé mi chaleco y me dirigí a la sala del director.

Mientras iba en el camino, saqué el libro y un lápiz que tenía en el bolsillo. En la parte de atrás del libro escribí…

Razón numero uno para no enamorarse:

Puede que intenten atraerte con cosas para luego parecer geniales, también pueden hacerte caer… (De manera literal de vez en cuando)

Nota mental: Reclamarle al director sobre el sueldo de la enfermera, no trabaja lo suficiente.

Siete razones para no enamorarse ©Where stories live. Discover now