Por fin hogar dulce hogar.
Tiré mi mochila lejos y me recosté en mi cómodo sofá el cual era acolchado y se mecía.
La casa estaba en silencio, mamá y papá andaban en un viaje de negocios así que me dejaron viviendo con mi tía… La cual no sé dónde está.
-¡¿Tía?! –Le grité mientras me mecía en el sofá. Pasó un momento pero no respondía. –Tía ¿Dónde estás? –Me levanté y me dirigí hacia su cuarto cuando de pronto sale con una máscara asustándome. –Pero que haces –Le grité enojada.
Ella se sacó la máscara mientras se reía a carcajadas.
-Hubieras visto tu cara –Dijo ella mientras masía la máscara. –Era como la de “Kya que hace esto aquí”
-Pues claro que hace “Esto” –La indique con el dedo –“Aquí” –Le hice con desprecio.
Ella cambio su sonrisa a una mueca.
-No seas insolente con tu tía. –Me pegó con la máscara mientras se reía.
-Tú te la buscas.
-¿Te gusto la máscara? –Dijo mientras entraba a su habitación. Yo la seguí.
-Gustarme… gustarme si, pero para que compraste una si ya tienes tu propia cara –Me reí, ella se volteó y me miro “feo” luego volvió su vista hacia su armario.
-La compré para la fiesta que va hacer esa amiga tuya.
-¿La fiesta de Julia?
-Esa misma –Revolvía su armario de un lado para otro. –Tu madre me dijo que no iba alcanzar a llegar y quiere que te acompañe.
-¿He iras vestida así? –Tomé la máscara y se la puse cerca de la cara.
-Que ¿No te gusta?
-Me gusta, así yo podre ser la blanca nieves y tú la bruja mala que me da la manzana.
-Pero la bruja era hermosa ¿Recuerdas? –Me guiño el ojo sacando un vestido largo negro.
-Qué lindo –Lo tomé y era suave, tenía muchos volados lo cual lo hacía parecer mucho más lindo.
-Ves, con este voy a ir ¿Quieres que te lo muestre completo?
-Bueno, quiero ver cómo me vas a llevar mañana no quiero llegar con la “Bruja de blanca nueves” –Dije riéndome meciendo la máscara.
-Pasa para acá eso –Me la arrebato y me empujo fuera de la pieza, me detuve antes de que la cerrara.
-Oye acuérdate que la bruja al final se queda vieja y muere –Le sonreí y ella me empujo fuerte echándome finalmente de la pieza.
-¡Amargada! –Me gritó ella.
-¡Bruja! –Le dije en tono de una anciana.
Me senté en el sofá y prendí el televisor, estaban dando “The vampire diaries” era increíble como la chica aun sabiendo que su pareja era un vampiro y que su hermano buscaba a una loca aun lo seguía amando.
El amor es ciego, que suerte que tengo los ojos abiertos.
Y así pasaron las horas hasta que poco a poco me empezó a dar sueño, deje el televisor encendido mientras que lentamente me mesía en el sofá relajándome hasta que me quede dormida; para mí mala suerte soñé con vampiros (era de esperarse) pero no me esperaba que misteriosamente apareciera Max como el “novio” de la protagonista, y que conste que la protagonista era yo.
En el sueño pasaba que yo descubría todo pero en vez de la serie original le tomé odio en vez de amor… y lo termine matando…
Sentía como me reía en el sueño al verlo muerto pero la alegría duro poco ya que mi tía me despertó.
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Siete razones para no enamorarse ©
Teen FictionValeria está harta de que su amiga Julia le diga que debe enamorarse. Las disputas familiares no la han dejado creer y es por eso que, en un acto de enojo, le dice a su amiga que hará una lista para probar que enamorarse es malo. Cuando está leyendo...