Capítulo 16: No al pasado, hola al presente

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Me ha visto, ¿Pero dónde? Siempre estoy con Max, así que no tiene nada de especial

Sentí una punzada en el corazón. Tenía un nerviosismo por dentro que no podía evitar. S como cuando te echan un balde de agua enzima de improvisto. No sabes cómo reaccionar.

Al ver que tenía el cuaderno en alto tenía que distraerla para que lo bajara. Tomé otro pedazo de papel y se lo lancé nuevamente al ojo. Le cayó justo ahí y eso hizo que soltara el cuaderno inmediatamente.

— ¡Señorita Carvajal! —La voz de la profesora se hizo notar. —Vaya a la dirección en este instante. No puede andar tirando cosas a sus compañeros en clases —Indicó la puerta enojada.

Yo la miré incrédula. ¿Por qué me reclamaba solo a mí? Todos los demás le habían estado tirando papelitos a Julia, y nada que lo retó.

Me puse de pie de mala gana y mirando con odio a Julia salí de la sala. Tenía que ir a ver a ese oso miedoso una vez más.

No se me hacía problema el ir, lo malo es que por tanto citaciones un día de estos van a llamar a mi tía. Al menos tengo la seguridad de que no me suspenderán.

Me dirigí lentamente a la dirección. Ya sabía que me iba  preguntar el director “¿Qué hiciste ahora?” y luego comenzará a chillar después de que lo golpeé

No toqué la puerta y entré a la oficina con confianza. El oso estaba mirando por la ventana y se volteó a verme al entrar.

— ¿Qué hiciste ahora? —Me preguntó. Ya era de esperarse

— ¿Qué no tienes otro dialogo? —Cerré de un portazo la puerta y me senté en el asiento delante el escritorio. El oso saltó del respaldo de la ventana y se subió al escritorio

—Soy viejo. Mis palabras ya están desgastadas —Se sentó frente a mí. Yo lo miraba enojada. Mi vida se estaba convirtiendo en un aburrido deja-vu —Enserio ¿Qué hiciste esta vez?

—Yo nada —M excusé viendo hacia el lado. —Fue Julia la que comenzó —Hice una mueca.  El oso saltó del escritorio chillando al caer. Yo lo seguí con la mirada. Comenzó a caminar hacia todos lados pareciendo que estuviera pensando.

—Bueno. Entonces, ¿Qué hizo Julia? —Me miró llevándose una pata al mentón.

—Comenzó a tirarme papelitos a la cabeza, y luego… —Hice una pausa. ¿Estaría bien contarle sobre…? verdad que él lo vio. —Dijo que nos había visto a Max y a mí antes —Solté un suspiro y me eché en la silla al estar cansada

— ¿Sobre lo del beso?

— ¿Que más crees? —Dije frustrada.

Entre el silencio que se formó en ese instante, la presencia de Max se hizo se presente en la sala. Yo lo miré e manera enojada he hice mi vista hacia un lado para no verlo. En mi cabeza la conclusión llegó a que toda la culpa la tenía Max después de todo. Si no hubiera dado ese beso, no estaría en este instante aquí. Estaría disfrutando del hermoso sol que entraba por la ventana, escuchando a la profesora de lenguaje hablar y estaría viendo… a Max sentado en el árbol.

Me llevé una mano a la cara y me terminé de deslizar por la silla hasta caer sentada al suelo. Al final de una manera u otra hubiera terminado con Max…

— ¿Te pasa algo? —Me preguntó Max acercándose a mí

—No me toques… —Dije por lo bajo acurrucando mi cabeza entre mis rodillas. Me sentía un poco derrotada al ver que mi enojo no iba a parar en ningún lado. De una manera u otra Max ya se estaba poniendo al final de cada uno de mis caminos, fueran buenos o malos…

Siete razones para no enamorarse ©Where stories live. Discover now