Capitulo 11

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Lo primero que sintió Dipper al recuperar el conocimiento era un agudo dolor de cabeza ¿Qué había pasado? Lentamente abrió los ojos sin lograr ver nada pues donde sea que estuviera estaba totalmente sumido en la oscuridad, lo cual no era bueno; intento levantarse, pero fue en ese intento vano que se dio cuenta que sus muñecas estaban maniatadas y sus patas, atadas con grilletes que conectadas a unas pesadas cadenas que estaban pegadas a la pared. No, eso no podía ser verdad y mientras una ola de pánico le invadía por completo ignoro que alguien entraba haciendo que una pequeña luz de filtrar en ese frio y húmedo sótano.

Bill Cipher miraba con diversión como su presa trataba de liberarse; algo bastante inútil, había comprobado eso. Encendió la antorcha que había al inicio de las escaleras; hacia años ese lugar había sido su tormento y desde que Jeff había fallecido solo había bajado un par de ocasiones para condicionarlo para su "invitado", le parecía el lugar perfecto para tenerlo ahí.

—Hola Dipper— sonrió tranquilo el rubio que bajaba las escaleras viendo como el cervitauro le miraba con miedo para pasar al odio, o eso al menos interpretaba— lamento no haber estado cuando despertarte, no es muy educado de mi parte ¿Cómo te encuentras?— se acercó mucho, disfrutando de la impotencia, no le podía hacer nada.

—Suéltame Bill— bramo molesto, al demonio el miedo ¿Qué demonios le estaba pasando? Será mejor que me liberes o...

— ¿O qué?— pregunto — ¿me atacaras con tus grandes astas?— con burla les tomo con sus manos, eran bastantes duras y realmente le parecían bellas que aquellas que había adquirido en una caza y colgaban encima de su chimenea eran insignificantes. Cerró sus ojos, siento ese impulso de arrancarlos de ese hermoso cráneo, no era el momento, aunque tal vez lo haría— no puedes hacer nada y no me mires así— fingió indignación al ver cómo le seguía viendo con enojo.

— ¿Por qué estás haciendo esto, Bill? ¿Qué quieres conseguir con esto? ¿Por qué eres un maldito cazador?

Después de aquella pregunta, por un minuto reino el silencio que únicamente fue roto por la risa amarga del único humano que estaba en la habitación ¿Por qué le estaba haciendo esa pregunta tan tonta? Eso no podía ser verdad. Él se negaba rotundamente a creer que eso era verdad.

— ¿Sabes porque estamos en este sótano?— fue lo único que comento Bill cuando recupero la calma.

—No quieres evadir a...

—Cuando me fui la primera vez, este fue mi hogar— interrumpió— aquellos cazadores me trajeron a este lugar, bueno Jeff me obligo a permanecer aquí, quería un sirviente que le hiciera todo, no obstante no intente escapar por John, el me trataba muy bien, y me enamore de él y él me correspondía— sonrió al recordar eso ignorando el gesto de devastación que tenía el castaño al escuchar esa revelación— soportaba todos aquellos malos tratos solo por él, pero Jeff pensó un día en cazar en su bosque, yo no quería, pero me obligo a darles su ubicación.

—Pues ellos mataron a Pacifica, los dos.

—Jeff lo hizo, lo más seguro es que John intentara detenerlo— negó— y a pesar de eso, ustedes lo mataron, son igual de culpables.

—Bill no, mi tío no quiso matarlo, él me explico...

— ¡Son mentiras!— exclamo molesto— y lo mato y tú tienes la culpa de que no pudiera salvarlo si no me hubieras encerrado en esa estúpida cabaña.

— ¿Qué? Eso ni siquiera tiene sentido, yo quería salvarte.

— ¡Pues me hiciste mucho daño!— tomo un respiro, estaba demasiado enojado y si no se controlada pronto tendría un cadáver y eso no sería divertido— Jeff siempre me culpo por su muerte y me encerró en este sótano y todos los días él...odio este lugar— malditos traumas, le hacían titubear

— ¿Qué te hizo?

— ¿A ti que te importa?— corto molesto— después de todo será cuestión de tiempo para que mueras.

—Tú no quieres eso— empezó a querer retroceder pero apenas se podía mover, vio con terror como el rubio sacaba un gran y afilado cuchillo de su pantalón— Bill, por favor, somos amigos, te he extrañado todo este tiempo.

Bill no contesto a ninguna de sus suplicar y tomándole con la mano derecha la barbilla le obligo a verlo a los ojos; Dipper vio un gran vacío en esos ojos claro ¿Qué había sufrido para estar así? ¿Dónde aquel chico tierno pero terco que conoció en el pasado? Todas esas preguntas murieron cuando sintió el punzante dolor del cuchillo traspasar en la piel de su pecho. Se mordió el labio con fuerza sintiendo como la escribía un B.

—Casi no lloraste— reprocho el cazador sacando las pocas lágrimas que no había logrado contener— es un poco decepciónate, pero eso no importa. Eres mío y te tocara lo que tú me hiciste pasar a mi...

—Pero...

—Sera divertido ver cómo voy acabando todo lo que alguna vez amaste, no te preocupes te traeré los cadáveres de todo— acaricio sus cabellos castaños antes de alejarse, ya no soportaba estar en ese sitio mucho tiempo.

— ¡No, espera Bill!— grito desesperado, no permitiría que eso pasaría, primero tendría que matarlo, pero era tarde, Bill había apagado la antorcha y se fue dejándolo en la horrible oscuridad.

Continuara.

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Nos vemos

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