Lia Webber, de 17 años, vive la acelerada creencia de la existencia de los hombres lobos, al igual que de los vampiros y todas aquellas criaturas sobrenaturales.
Ella corre grandes peligros al ser la ultima de su especie.
Le sonrió, lo veo como camina y se sitúa frente a mí. Agarra mi mano delicadamente que se posa en la mesa y le da un cálido beso en esta haciendo que me sonroje.
-¿Cómo has estado Black-pregunta amablemente
-Muy Feliz de volver a verle-dice y yo le sonrió.
Dios es todo un caballero y bellísimo.
-Pequeña ¿estás bien?-pregunta alarmado apartando mi cabello de la frente dejando a la vista mis chichones.
-Eh... sí. Son a causa de mis repentinos golpes por no usar cinturón de seguridad-susurro tomándole poca importancia.
-Deberías cuidar tu seguridad un poco más-me reprocha con gesto serio.
Lo escaneo de pies a cabeza y se ve muy bien vestido asi: remera gris, pantalón negro brillante, botas negras con su cara hermosa cara perfilada y sus encantadores ojos azul intenso, son realmente hipnotizaste.
-¿Le gustan mis ojos, milady?-pregunta con una sonrisa de lado. Me inclino hacia bajo y agarro la cuchara en el césped.
-¿te puedo sacar los ojos con la cuchara?-digo con cara de sicópata. El ríe a carcajadas; es primera vez que lo oigo reír sonoramente y es encantador.
-No princesa, necesito mis ojos para observa su encantadora sonrisa-susurra provocando que mis mejillas ardan.
Es increíble como sus comentarios me sonrojan.
-Es usted muy amable-digo bajando la mirada.
-Para mis es un placer y todo un honor alagarles-murmura haciendo una breve reverencia (¿¡porque tiene que ser malditamente sexy y caballeroso a las vez!?)- Debo retirarme. Anhelo volver a verle pronto-dicho eso se va sin más atravesando el bosque con pasos lentos.
Llega Eliot, mi madre y su esposo corriendo hacia mí con cara de haber recibido una terrible noticia.
-¿Lia estas bien?-pregunta Eliot aterrado.
Palmeo mi cuerpo y digo-Si, estoy bien ¿Por qué preguntas? Y ¿Por qué me miran así?
-Un guardia nos dijo que vio a Black por los alrededores de la casa-dice el señor Green.
-Ahmm eso-me relajo-Si estuvo aquí charlando conmigo ya hace un rato-digo y todos colocan cara de horror.
-¿no te hizo daño? ¿Qué te dijo?-pregunta Eliot acercándose a mí y verificando de no tener alguna herida.
-solo paso a saludar-susurro rodando los ojos-no sean exagerados.
De regreso a la manada, o mejor dicho, enorme ciudad que ellos hacen llamar "manada" fuimos a una librería en busca de un libro que me llamase la atención. Me decidí por la trilogía "cincuentas sombras de mi Grey"-sé que ese no es el título pero amo a Jamie Dorman- Eliot a estado callado y con la mirada perdida desde que salimos de casa de mi madre.
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