Capitulo 35

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—Quizás tenga tiempo de irme a la chica. Oh que me trague la tierra —Farfullo.

Me dirijo rápidamente hacia el despacho del señor petulante, con Damián pisándome los talones.

Me fulmina con la mirada.

—Bueno, Lia, es momento de hablar de tu fallo — dice desdeñoso.

Cierro la puerta, e inmediatamente se me seca la boca y en mi mente suena una alarma fuerte e insistente.

Oh, no

Sus ojos tienen un brillo profundo e intenso de color verde. ¡Oh está furioso!

El miedo me deja sin respiración— esto no acabara bien— De algún lugar del interior de mi mente, surge la decisión y el valor para forzarme a decir algunas palabras entre dientes, con el mantra de toda chica <<No muestres temor>> pienso una y otra vez para armarme de valor.

—Jackson, no creo que valga la pena tener esta conversación.

Mi voz, tranquila pero temblorosa, me delata.

Él sonríe, y cuando finalmente esa sonrisa alcanza a sus ojos, el aire se torna pesado. Oh, no. Me he metido en un buen lío.

—Vale la pena. Y ya mismo te explicare porque vale la pena —Se para y evalúa mi reacción—. Toma asiento. Esto tomara tiempo

La poca sangre que me quedaba en las venas desaparece, y creo que voy a desmayarme.

—Primero: te has escapaste en la noche de ayer logrando que te perdiéramos la pista— susurra con suma tranquiliza, haciendo un gesto vago con la mano— Segundo: regresaste a casa pero con mi mayor enemigo—Se detiene mirándome con gesto muy serio— Tercero y la más importante: Permitiste que se llegara hasta mis tierras y éntrese en mi casa— culmina con un desprecio espeluznante.

¡Dios!

Trato de parecer indiferente, y resulto bastante convincente. Esta conversación no va por donde esperaba y no me fío lo más mínimo de él. Este hombre está enfadado, es voluble y totalmente impredecible.

—Lo que más me enfurece es que toco lo que me pertenece. Y no hablo de los muebles de la casa...eso te lo puedo asegura—Sonríe y se le enardece la mirada.

Le miro con la boca abierta ¿Y qué puedo decir?

Jackson camina hasta situarse en el sofá frente a mí. Me mira directo a los ojos. Sin apartar los ojos de él, y concentrada en lo que tengo que decir, hago un respiro profundo.

—Sabes, A diferencia de ti, Black se preocupa por mí. Y no se refiere a mí como un objeto—Le desarmo.

Él aprieta los labios, convertidos ahora en una fina línea, y su mirada se torna asesina. Provocar a la bestia es mucho mejor que temerle.

— ¿Eso piensas? —pregunta, consternado.

— Sí.

Él cierra los ojos, y la ira, y posiblemente el pesar, barren su rostro

—Tú me perteneces, así que debes hacer lo que se me venga en gana—dice en voz baja, amenazante—.Para tu suerte Damián a intersectado por ti, por lo tanto seré flexible contigo.

Rio seca. Jackson me fulmina con la mirada y frunce el ceño.

—Lo diré una sola vez. Te quiero alejada de Black.

Tras la calma deliberada con que pronuncia esas palabras, se oculta una furia palpable ¿Está enfadado conmigo? ¿El me hace sentir como basura, y está enfadado conmigo?

Mas halla del Bosque: oculto en las sombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora