Prohibido / Daddy (Gay) +18

4. Tentación.

Pasan algunos días en los que ignoro completamente a Cole, lucho con mis pensamientos, intento suprimir el deseo y la tentación que él me genera.

Me encuentro acostado cuando alguien toca la puerta.
Me oculto detrás de mi almohada.

―¿Bajas a comer? ―escucho la dulce voz de mamá.

―No me siento bien ―mi voz parece quebrarse.

―¿Qué sucede, bebé? ―pregunta preocupada mientras se acerca a mí―Te he notado raro estos días, casi no sales y comes poco.

―No creo que quieras saberlo.

―Claro que sí, eres mi hijo. Vamos dímelo, sea lo que sea estaré para ti.

―Eh ―no creo que le agrade nada lo que me sucedió con su novio―Creo que siento cosas por alguien y no es lo correcto ―cuento y ella parece pensarlo.

―Creo que deberías escuchar a tu corazón, si te hace feliz, sé feliz ―me sonríe y se levanta―Te traeré la comida.

―Está bien, gracias mamá―agradezco por su consejo.

―De nada ―se pierde detrás de la puerta.

Ahogo un grito en la almohada, esto es confuso

La madera suena tres veces y me incorporo.

―Pase ―el gran cuerpo de Cole ingresa―¡Ahh! ―grito y le lanzo mi almohada la cual impacta en su hermoso rostro. Tarda unos segundos en estabilizarse.

―Yo vengo a traerte tu comida y así me pagas ―saca el carrito que tenemos para cuando comemos en nuestras habitaciones.

―Cierra el pico o le diré a mamá ―lo amenazo.

―Eso no me causa na...

― ¿No la amas? ―cuestiono interrumpiéndolo―Ella se merece alguien que la haga feliz no que le haga sufrir.

Veo como deja caer sus hombros.
―Yo no deseo hacerla sufrir, pero me cuesta controlar mis impulsos, tú me gustas y sé que está mal, no debi besarte ni decirte esas cosas ―dice apenado

―Nos conocemos hace dos suspiros.

―Y un beso ―sonríe ganador y se acerca con la comida.

Veo sus labios entreabiertos y siento la necesidad de sentirlos de nuevo sobre los míos, es como si fuera algo necesario para vivir.

―¿Acaso quieres que te tire otra cosa? ―interrogo fingiendo buscar un objeto de la mesa de luz.

―Agradecería que no lo hicieras, niño ―niega.

―No me llames así.

―¿Y qué harás si lo hago? ¿Le dirás lo que hice? ―pregunta sarcástico.

―Quizás ―le digo.

―No me molesta que lo hagas ―dice mientras se ríe.

―Ugh, maldito ―lo rebajo.

―Ahí tienes tu comida, adiós ―parece ofendido, debo solucionarlo y rápido. Se gira y va hacía la puerta.

―Cole ―su atención se vuelve a mí. Me levanto y salgo mi cama, me acerco.

―¿Qué haces? ―se muestra sorprendido.

―Esto ―digo y acerco mis labios a los suyos para unirnos en un dulce beso, nuestras lenguas juguetean y la mía es inexperta comparada con la suya, una voz en mi cabeza me dice que detenga esto, pero la ignoro―Gracias por traer mi comida ―doy las gracias.
Me alejo y vuelvo a mi cama.