Capitulo 4 🌟Editado🌟

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(Brais)

Tener que encontrar a los otros semidioses no me gustaba para nada, deberían pelear los Dioses no nosotros. La clase de historia transcurría algo aburrida no estaba poniendo nada de atención, hasta que una pequeña luz llegó a mis ojos, pude ver una cadena con su dije de un búho, ese símbolo de que Dios es, vamos Brais piensa un búho. Oh por supuesto el búho es el símbolo de la sabiduría Atenea. Nuestras cadenas no son iguales a otras, recuerdo el día que mi madre me dio la mía, un pequeño corazón, nuestras cadenas brillan si otro semidiós esta a nuestro lado. Espere a que toda la clase se fuera.

— Hola — quise saludar primero, no quería ser descortés.

— ¿Hola? — el pudo sentir la luz de mi cadena pero no la tenia a la vista, sentí como se lanzo encima de mi y un puñetazo cayo a mi cara, como era de fuerte este chico, devolví el golpe con una patada lo empuje fuera de mi.

Me levante, escupí la sangre, el lanzo su golpe pero lo esquive, yo le di un puñetazo, hice un movimiento con mi pierna derecha golpeando los pies de el y haciendo que cayera al suelo, puse mi rodilla en su pecho y con mi mano tome su cuello.

— Bien, te vas a calmar de una buena vez, soy Brais — sentí otro puñetazo, me puso debajo de el para darme golpe tras golpe, lo empuje fuera de mi, me levante, saque mi arco y lo apunte con una flecha — te vas a calmar, soy hijo de Afrodita — su respiración era agitada, hasta que saque el dije de mi cadena para que viera el corazón.

— Lo siento — me consumía la rabia — peleas muy bien debo decir — me acerque a el, lo arrinconé a la pared.

— Escucha, no vine hasta aquí para que tu me recibieras a puñetazos, así que si vez a otro semidiós te controlas — salí del salón enfadado, mi sangre hervía mas de lo normal necesitaba agua.

Fui hasta el baño para lavarme la cara, me quite la cadena guardándola en el bolsillo del pantalón. Habían veces que me quemaba si estaba enojado y sabía quien había puesto eso, Afrodita, ella creía que no podía controlarme pero estaba equivocada, ella no me conoce. Salí del baño para encontrarme al hijo de Atenea.

— ¿Estas bien? — me miro el cuello — tienes quemado el cuello.

— Si, lo se no tienes que decirme — le extendí la mano — soy Brais.

— Soy Aaron — el chico se me quedó mirando fijamente — debemos encontrar a los demás, quizá tengamos suerte.

— Bien, empieza a buscar — el me miro con enojo.

— Tenemos que hacerlo juntos, con las cadenas sabes muy bien que brillan al ver otro semidiós, podemos buscar así — asentí, salí del baño para empezar la búsqueda.

Me senté en una banca, tenía que despejarme un poco, lo único que quería era acabar con esto, me levante para empezar a recorrer todo el instituto pero nada no encontraba nada. Pasaron horas pero no tenía éxito, me volví a poner la cadena, me dirigí hasta donde Aaron.

— ¿Tuviste éxito? — le pregunte, el rascó su nuca y negó con la cabeza.

— Bien, seguiremos buscando mañana — me iba a retirar pero el me detuvo — ¿Paso algo?

— ¿Porque la cadena te quemo? — me quede callado — las demás cadenas no hacen eso ¿Porque la tuya si?

— Fue idea de Afrodita, pensó que no me controlaba, así que cada vez que me da rabia la cadena me hace una quemadura — me quite la camisa, para que viera todas las quemaduras — odio a los Dioses, mi madre me mando al olimpo a entrenar, me hice fuerte, pero Afrodita nunca estuvo conmigo y ya deja de hacer preguntas — me puse la playera, podía tener un cuerpo hermoso, pero con esas quemaduras odiaba mi cuerpo. Esta guerra no la hago para salvar a los Dioses si no a la tierra, la tierra era mi hogar y no permitiría que acabaran con mi hogar.

Los Hijos De Los Dioses (En Edición)Место, где живут истории. Откройте их для себя