06.

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- Mi-mi madr-re quiere... -me quedó mirando unos segundos- conocer-te.

Termino por susurrar y soltó su agarré de mi muñeca. Él me había detenido luego de salir de nando's.

- ¡Vaya! –no sabía que decir- ¿has venido a buscarme?

Asintió.

- Estoy confundida –comencé a hablar mirando a todos lados- ella no me conoce, yo... has estado prácticamente todo el día sentado ahí, pudiste haber venid...

Me detuve en el momento en que su mirada comenzaba a tornarse temerosa.

- Encantada voy –terminé por susurrar.

Caminamos en silencio por las mismas calles que habíamos recorrido la noche pasada. Sin darme cuenta solía girar mi mirada para verlo, él era muy bonito, y la luz del día hacía que sus ojos se vieran como grandes esferas azules. Se veía concentrado en el camino, como si un descuido le hiciera olvidar hacía donde se dirigía.

- Aquí –murmuró.

El saco un manojo de llaves de muchos colores, e ingresó la amarilla para poder abrir la puerta.

Su casa estaba realmente ordenada.

Y me regañé a mí misma recordando cómo había dejado mi departamento esta mañana. Hice un recordatorio en mi mente para hacer una limpieza general.

- ¡Mi amor, llegaste! –exclamó una mujer bajita, saliendo de lo que parecía la cocina.

Abrazó a Niall por un momento y puso su mirada en mí.

- Tú debes ser Sophie –ella sonrió y me dio dos besos- Niall me ha hablado de ti.

Su sonrisa se hizo aún más grande y yo le imité, me sentía tímida.

- Un gusto señora –mi voz apenas salía, extrañamente quería impresionarla.

- Mi nombre es Maura, dime así.

- Claro –le sonreí.

- Ven, sentémonos –me guio hasta su sala- tenemos mucho de que hablar.

Ella comenzó a preguntarme sobre todo, eso hizo que me relajara un poco. Ella parecía amable. Niall se veía distraído como siempre, sin mencionar que él no dijo ninguna palabra en todo ese transcurso.

Niall se levantó sin decir nada y desapareció por el pasillo, yo lo seguí con la mirada.

- Descuida –Maura tomó mis manos- es hora de su merienda.

Asentí y le sonreí.

- Ahora podremos hablar tranquilas.

Eso me asustó.

- Oh querida –ella rió- saca esa expresión, no es nada malo.

Me reí por lo tonta que estaba siendo.

- Supongo que todavía no te enteras de porqué le pedí a Niall que te trajera –comenzó a decir- y la verdad es que yo tampoco lo tengo tan claro.

Reímos.

- Niall es diferente –dijo de una vez- seguro eso lo notaste.

Yo asentí.

- Los doctores me dicen que es Autista –ella negó con la cabeza- yo digo que solo es diferente.

Se mantuvo en silencio unos segundos, yo tenía razón, Niall era diferente.

- Desde que nació los doctores encontraban extraños algunas cosas... tardaron un tiempo en darse cuenta que mi hijo tenía Autismo –su mirada entristeció- y eso causó que el desarrollara esto aún más.

Sabía que ella era una extraña, pero sentí la necesidad de hacerle saber que estaba ahí para apoyarla. Le tome las manos y le di mi mejor sonrisa de "aquí estoy".

- Toda su infancia, su adolescencia –prosiguió- el, el... -suspiró- extraña vez nos hablaba. Pero hace cuatro meses atrás, el cambió.

Ella me sonrió y sus ojos brillaron.

- Su mirada cambió, su comportamiento... todo –se detuvo y rió- un día solo llegó y me dijo que ya no se sentía invisible.

Yo me sorprendí.

- Como madre nunca esperas que uno de tus hijos diga eso, que se siente invisible –ella masajeó su cien como si aún no lo comprendiera- sin embargo sentía su felicidad y no lo cuestioné.

- Hubiese hecho lo mismo –me atreví a decir.

- Luego el, comenzó a hablar mas, tan simple como suena –algunas lagrimas brotaron- me contaba sobre sus visitas a Nando's, de la linda chica que siempre le preguntaba qué se le ofrecía y lo dulce que era su voz.

Me sonrojé, el iba a Nando's por mi.

- Y el día de ayer, todo fue muy diferente a lo habitual –ella me miró con profundidad- su sonrisa era radiante y sus ojos brillaban tan fuerte como el mismo sol. Irradiaba alegría. –ella hizo una pausa y solo sonrió- ella me ve, Sophie me ve. Lo escuche decir eso una vez que llegó a casa y me sorprendí, mi hijo se estaba enamorando.

Ella tomó mis manos entre las suyas nuevamente.

- Se que es difícil de comprender, y no te pido que hagas cargo de los sentimientos de mi hijo –Hablaba como si me lo estuviera suplicando- simplemente no quiero que sufra por ilusionarse, él es como un niño Sophie.

Yo asentí, no quería hacerle daño.

- No lo dañaré Maura, no lo haría jamás.

- Me alegra escucharlo de ti. Es un ser maravilloso si lo logras conocer.

- Lo imagino –sonreí- he intentado conocerlo estos días, ya me había acostumbrado mucho a ver su rostro todos los días.

Las dos reímos.

- Le debes gustar mucho para hacerlo salir de su zona de comodidad –ella murmuró.

Abrí la boca para decir algo, pero nada salió. Sentí como la sangre subía hasta mis mejillas.

Para mi suerte Niall había llegado y se sentó en frente de nosotras.

- Cariño –Maura le habló- deberías mostrarle tu habitación a Sophie.

«Autism» - n.h  •SERIA EDICIÓN•Where stories live. Discover now