Capitulo treinta y tres:

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-          Entonces, levanta más el mentón.

Obedecí y miré a Niall, quien no dejaba de hacer un molesto ruido con su zapatilla.

-          Hey, no te distraigas –volví mi mirada a Aaron.

Asentí sintiendo una gran presión en mis hombros.

Hace algunos días Niall había vuelto. Se acercaba navidad y a mí me habían llamado para ser una de las maniquís de victoria’s secret.

Estaba yendo a un nivel superior de forma muy rápida. Y estaba segura de que Niall todavía no lo terminaba de procesar.

Pero eso no era todo.

Ahora, no solo estaba esto de poder realizar un gran sueño. Si no que, Niall estaba siendo un gran peso para mí.

Tiempo atrás Londres era un lugar tranquilo para estar con él. Lo poco que estuvimos juntos, claro. Pero era agradable.

En estos meses sus vidas han tomado cierto valor que hace que sea agobiante. ¡No lo dejan en paz! Y lo peor es que ellos son tan sigilosos. Pero yo los siento, y me altera.

-          Listo –Aaron me sacó de mis pensamientos- he logrado buenas tomas.

Sonreí.

-          Bueno chica mute –bromeó el- es todo por hoy.

Los asistentes tomaron las enormes alas que estaban en mi espalda y comenzaron a guardar y ordenar todo. Yo camine hasta Niall.

-          ¿tienes instagram? –Preguntó el rubio.

Yo asentí.

-          En estos meses debía entretenerme con algo.

El asintió y siguió revisando las redes sociales. Volteé a ver a Aaron.

-          Puedes ir a cambiarte bonita, ese bra cuesta todo una vida –sonrió.

-          Si.

Sentí como Niall tenía su mirada fija en mi, voltee a verlo.

-          ¿Me ayudas? –murmuré.

El se sonrojó y asintió.

#

-          Tengo muchas ganas de comer pasta.

El rubio hablaba y hablaba de muchas cosas, yo solo asentía pero mi mirada estaba perdida entre los árboles y las calles casi vacías de Londres.

-          ¿Me escuchas?

-          ¿Te has dado cuenta que nos siguen? –lo miré cuando el semáforo se puso en rojo.

-          ¿Qué?

Gire y señalé el auto negro con dos chicas.

-          Solo son unas niñas.

-          Claro –no quería discutir, el se daría cuenta.

-          ¿Te seguirás tapando el rostro? –preguntó una vez en marcha.

Asentí.

El suspiró y sabía cuan frustrada estaba con el tema de que Niall era el centro del mundo.

Seguimos el camino y pude ver que Nialler no sacaba la vista del espejo retrovisor.

-          Te lo dije –murmuré.

«Autism» - n.h  •SERIA EDICIÓN•Where stories live. Discover now