Capitulo veinticuatro:

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Cuatro meses habían pasado. Modest estaba furioso conmigo, me había pasado un mes de estas ‘’vacaciones’’, pero me fue casi imposible dejar a Sophie. ¡Ella había avanzado mucho!, reía, hablaba más fluido y se le notaba tan feliz. Era un ser nuevo, y me encantaba. No podía explicar lo feliz que ella me hacía… No sabía si yo también le agradaba como ella lo hacía conmigo, pero no importaba. Solo podía pensar en cómo ella sonreía y me miraba con esa alegría que solo ella tenía. Y no me podía sentir más enamorado, no podía, en verdad.

Me iría en más o menos dos semanas, y si seguía encariñándome con ella, yo iba a sufrir demasiado y estoy seguro que ella también. ¡pero estaba jodidamente encantado con ella!

No sabía qué hacer.

-          Entonces Sophie –Salió Jamie y atrás de él venía mi Soph- recuerda hacer todos los ejercicios que te dije.

Ella asintió y me miró.

-          Niall –Me habló Jamie- ¿Podemos hablar un momento?

Asentí, me levante de donde estaba sentado. Saqué el celular de mi bolsillo junto a los audífonos y se los pasé a Sophie.

-          Para que no te aburras –le dije, ella rió.

Jamie cerró la puerta detrás de mí. Observe su nueva oficina, Jamie al igual que yo se sintió encantado estando acá y se trasladó, así de fácil así de confuso.

-          No deja de hablar de ti –Sonrió- y me contó que te irás en unos días.

-          Dos semanas –corroboré.

-          Niall –suspiró- ¿no has pensado en llevarla contigo?

Lo miré triste. No he dejado de pensar en eso, la quiero conmigo. Pero una de las cosas que me aterraba, era cómo reaccionarían las fans. O simplemente que llegue un momento en el que no puedo tener mis ojos en ella, que tenga que dejarla. Porque tenía muy claro que tendría que pagar cuentas por estos cuatro meses.

-          Me aterra pensar que… -pensé bien lo que diría- que no podré estar siempre con ella.

-          Niall, eso es parte de que ella crezca, ya sea como un adolescente y como una persona autista. –Explicó- pero tienes razón. Si no te tiene a ti allá, no tendrá a nadie mas.

-          Lo sé –puse mis manos en mi cara, desesperado- no quiero dejarla.

-          Y ¿llevar a su madre también? –lo miré- por lo que se, ellas no tienen a nadie mas acá.

-          Tendría que preguntárselo a ella –sonreí esperanzado.

-          Tienes que saber que Sophie está muy sujeta a ti ahora. Eres tu quien la ayudó, y es en ti en quien confía mas. –Sonrió- intenta seguir así y no lastimarla.

#

Íbamos camino a su casa, ella iba jugando con los dedos mi mano. Si, íbamos tomados de la mano.

-          ¿Te gustaría ir a Londres conmigo? –Pregunté nervioso.

-          Un sueño que siempre he tenido –Dijo con su suave voz, tranquila y hermosa- es vivir en Venecia.

Reí, ella siempre respondía así. Contándome algo totalmente diferente a lo que le preguntaba.

-          Algún día iremos allá, lo prometo.

-          Londres es tristeza –me respondió- Venecia es colores y tranquilidad.

La miré, iba muy concentrada diciendo eso.

«Autism» - n.h  •SERIA EDICIÓN•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora