Capitulo treinta y cuatro:

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Lean la nota al final.

Froté mis ojos desesperado por hacer aparecer una solución en mi cabeza.

Estaba cansado de siempre arruinarlo todo con ella. Sentía que estaba en el limbo, siempre equivocándome. Y tenía mucho miedo, porque sabía que con Sophie nada era certero. Ella en cualquier momento podría esfumarse de mis brazos. Alzar sus delicadas cejas, desafiante, y decirme: Hasta aquí llegamos, debo seguir adelante. Porque ella se sentía tan insegura conmigo, como yo lo hacía con ella.

Éramos unos torpes a la hora de amarnos.

Cuando era un niño, cuando solo tenía dieciséis y todo esto recién empezaba, nunca pensé en toda la historia que crearía sin darme cuenta. Nunca pensé en los verdaderos pros y contras. Solo quería entrar y sentir que estaba en la cima de todo… de todos.

Quería dejar de ser un simple chico de un pequeño pueblo en medio de Irlanda.

No me arrepiento. Pero me hubiese gustado que las cosas fueran diferentes.

Algo así como, conocer a la chica ideal, tener un baile de graduación con ella, bailar y reír sin que nadie nos mire esperando que alguno de nosotros de un paso incierto para hacerlo saber al mundo. Solo estar ahí como gotas de lluvia en una tormenta.

Pero ahora no puedo imaginar nada de eso sin que Sophie sea la protagonista.

Quería con todas mis fuerzas poder salir, tomarla de la mano e ir por un helado en un extraño día caluroso en Londres. Salir y hacerla reír para luego callarla en medio de la calle por un beso que solo nació en el momento.

Ver como el frio de Londres despeina su cabello y sonroja sus mejillas para yo poder darle calor en un abrazo que nunca quisiéramos romper.

Quería sentirme normal. Quería que ella se sintiera normal.

Pero yo no lo soy. Y no quiero destruirla por toda la porquería de la que estoy rodeado.

Y sin querer, no evito pensar en todas y cada una de las veces en que vi sufrir a Sophie por mi. Cada una de las veces que ella derramo lagrimas por mi culpa. Cada vez que ella se sintió decepcionada.

Para cuando abrí los ojos, y me di cuenta de que mi rostro estaba empapado en lágrimas y el dolor de esos recuerdos, había destrozado todo. Con tan solo un par de segundos.

Y en ese mismo instante, supe el poder que tenía Sophie en mí.

Y sentí temor. Por mi y por ella.

Sophie:

Sentí la pesades de mis parpados al separarse. Estaban hinchados, y es que había estado llorando toda la noche.

Como si mi sobrevivencia dependiera de eso.

Pero no hubiese despertado si ese estúpido celular no dejara de vibrar y es que, no sabía si yo era aún mas tonta por no encontrar el modo silencio en el Iphone o si talves, solo no existía. No es como que tenga mucho tiempo para pensar en eso.

Sin embargo me sentí bastante despierta al notar la razón de porqué tantas notificaciones.

Estaba avergonzada.

Me sentía una novia entrometida por tener activada las notificaciones de Twitter para Niall. ¡las había activado para cuando estaba de tour! Solo quería mantenerme al tanto.

Error fue no haber recordado desactivarlas.

Porque ahora mi pequeña cabecita estaba acomplejada. Más aún mi corazón. Era una guerra entre el sentido común de una autista y el sentido común de una adolescente experimentando el amor por primera vez.

«Autism» - n.h  •SERIA EDICIÓN•Where stories live. Discover now