Capítulo 9. "La sesión privada"

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El Capitolio. Panem.


-Me duele todo.-Me quejo.

Entra Sly por la puerta con el pelo mojado.

-Ya es hora de preparar las estrategias para la arena. ¿Habéis pensado en algo?

Paso a relatarle la misma estrategia que acordé con Jackie.

-Está bien, pero tiene algunos puntos flojos.

Pasamos la cena y un una hora después hablando sobre las estrategias.

-¿Qué haréis en la sesión privada con los vigilantes?-Concluye mi mentor.

Últimamente he estado tan preocupada por la arena que no he pensado en esto. Al ver nuestra cara, o al menos la mía, continúa:

-¿Hay algo que se os haya dado especialmente bien?

-El hacha-.Contesta al instante Chad con orgullo.

-¿Deanne?

-No, no lo sé...

-La he visto lanzando cuchillos, la espada y con los paneles de la plantas-.Dice mi compañero con indiferencia.

-Bueno, ha sido lo mejor.

Sly se levanta y desaparece por el pasillo.

-¿Quién es el profesional del 1?-Pregunta Chad en voz baja, aunque dudo que Suzanne se entere de algo o al menos el importe. Ella está hablando con Naveen y Kya de ropa.

-Se llama Nathan. No se nada más de él.-Me encojo de hombros.

-Chicos,-acaba de llegar el mentor con un cuaderno y un par de bolígrafos.-deberíamos tener ya los planes.

Me pasa el cuaderno y dibujo más o menos el gimnasio. No estoy en mis momentos de mejor inspiración artísticas.

-Chad, representa a tu distrito y ya que el hacha es con lo que mejor te manejas, deberás hacerlo muy bien.

<<Deanne, haz variedad>>.

Pasamos dos horas planificando y me alegro de terminar al fin e irme a dormir.

He pasado la mañana entera escalando redes y haciendo pruebas de resistencia y estoy justo en el estado antes de desplomarme en el suelo por falta de energía. Por fin los vigilantes nos indican que podemos ir a comer. Me dejo caer en el asiento y como lo necesario para no empacharme y vomitarlo luego.

La chica del 1 es la primera en levantarse para las pruebas privadas, después el chico y sucesivamente chica primero los distritos se van. Después no vuelven al comedor.

-Distrito 4. Jacqueline.- Dice uno de los vigilante.

Le doy un apretón en el hombro y le susurro:

-Que la suerte esté siempre, siempre de tu parte.

-Lo mismo digo.

El tributo del seis se levanta y me preparo para mi turno.

-Distrito 7. Deanne.

Inspiro, espiro, me levanto y voy por la puerta por la que desaparecieron los tributos anteriores.

-Bu-buenas tarde-des-.Digo en un tono demasiado bajo a los vigilantes.

Comienzan a prestarme atención entonces miro hacia mi alrededor y pensar en lo que debo hacer.

<<Haz variedad>> había dicho Sly. Encuentro en una mesa un chaleco para los cuchillos. Cojo varios de estos objetos cortantes y lleno el chaleco. También cojo una espada. 

Dejo de tener miedo, ellos ahora solo esperan que haga un buen número, algo que les dé intereses a los Juegos. Claro, sus intereses y los de los habitantes del Capitolio es muerte y sangre.

Observo la hoja plateada de la espada y me veo reflejada en ella. Cualquier rastro de dulzura que pudiera haber en mis ojos ha desaparecido. Ahora tengo que demostrar que aunque sea bajita, delgada y no demasiado fuerte puedo lograr algo.

Elevo la vista y asiento, ¿a quién? No lo sé, pero estoy lista.

Aprieto los dedos alrededor del mango de la espada y comienzo a andar a grandes zancadas al centro del gimnasio. Un resplandor hace que me gire lo más rápido que puedo. Una especie de persona de cuadrados amarillos luminosos está en la misma posición que tiene una leona antes de atacar. Son dos milésimas de segundo lo que necesito para agacharme y ver una especie de cuchillo de cuadraditos amarillos que iba directo a mi cabeza. Me levanto lo más rápido que me permite mi aturdimiento y extraigo un chuchillo con la izquierda. Soy diestra y espero que no me juegue una mala pasada mi otra mano. Inspiro, espiro y suelto con fuerza. El muñeco estalla en todos los cuadrados que lo formaban desapareciendo al alejarse un metro. Otro muñeco igual armado con arco y flechas está tensando la cuerda cuando otro de mis cuchillos se clava en su cuello. La flecha salta y cae a un lado. Necesito las dos manos y la derecha sujeta aún la espada. La guardo en su vaina y saco otro cuchillo. No aparece ninguno. Me mantengo alerta ligeramente agazapada. Mas de un muñeco como los anteriores. Uno, dos, tres, cuatro y cinco. Cinco enemigos armados a batir. El más cercano tiene un hacha y es casi el doble de grande que yo. Sopeso mis posibilidades: lanzarle un cuchillo a la cabeza que lo que  está desprotegido o intentar usar la espada. Entonces pienso: ¿dolerá que te claven un hacha de cuadrados que desparecen? Prefiero evitarlo. Está a un metro de mí cuando otro está colocando una flecha en un arco tres metros por detrás del muñeco del hacha. ¿Qué prefiero, una flecha o un hacha? La desesperación es la que responde sacando dos cuchillos y lanzándolos. El que portaba el hacha ha estallado pero el otro vuelve a cargar el arco, mi arma solo le ha dado en el estómago. Lanzo otro y este sí le atraviesa el pecho pero su flecha ha impactado contra mi brazo izquierdo. No duele, es una sensación extraña. He sentido un pinchazo y el brazo ha comenzado a no responder. Lanzo un par de cuchillos con éxito, aunque es más difícil con el peso muerto de mi brazo izquierdo. El último ha desaparecido y yo no he hecho nada. De repente un golpe sordo resuena tras de mí, me giro y el último, el portador de una espada se acerca literalmente corriendo hacia mí. Saco el último de los cuchillos y lo lanzo. Le da en la frente pero en vez de estallar como hizo el primero se queda sin era parte de la cabeza. Ahogo un grito cuando se para frente a mí y eleva su espada. Saco la mía que ahora parece pesar menos. Nunca había experimentado esta sensación, a pesar de estar agota y no sentir apenas un brazo podría ponerme a correr, algunas personas lo han llamado adrenalina. Sea lo que sea, hace que esquive varias estocadas de mi oponente. La cosa tiene mucha fuerza pero yo más equilibrio. Tengo que ganarle, es solo una máquina o algo extraño que ha inventado el Capitolio. La espada se hunde en tu corazón y al estallar uno de los cuadrados impacta en mi pecho produciéndome un leve gritito.
Miro a mi alrededor y me encuentro con la mirada del Vigilante Jefe asintiendo.
Parece satisfecho con mi actuación.

LOSS. (FanFic The Hunger Games)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora