LOSS. (FanFic The Hunger Games)

Capítulo 19. "El árbol del ahorcado"

Entonces, se escucho otro cañonazo y me quedo en el sitio. Quedamos cuatro.

Vuelvo a caminar. Paro un rato a beber agua y comer un poco, acabando con todo lo que teníamos. Emprendo de nuevo el camino.

Voy arrastrando los pies, intentando asimilar todo lo que he pasado hoy. Queda poco para el anochecer.

Me quedo paralizada al ver frente a mí esta horripilante escena. Un chico alto, más grande que un chico normal de su edad de piel morena . No tiene sangre, pero tiene una cuerda alrededor del cuello y está colgado de un fuerte árbol. Sus brazos caen flágidos a ambos lados de su cuerpo. Su hacha está en el suelo.

Chillo. Chillo de horror, del dolor que siento al ver tanta sangre, por todo lo que neceisto soltar, por los recuerdos. Chillo cómo nunca he chillado. Incluso siento un mínimo dolor en la garganta.

Me doy la vuelta y corro, sin sentir mis pensamientos, sin saber lo que hago. Corro esperando huir. Quiero llegar a mi casa, a mi distrito, a la seguridad de los árboles. No éstos creados por el Capitolio, aquellos árboles verdes.

No dejo de correr hasta que me falta el aire. Me paro y respiro rápidamente, jadeando.

Por fin añochece, el cielo se vuelve oscuro. Me subo a un árbol e intento dormirme, pero no puedo. Suena el himno y aparece la cara Jackie, sonriendo pero con un brillo amenazador en su mirada. Jacqueline, Distrito 4. Y muestran la cara de Chad, Chad Hoffman.

Mi mente vaga hasta pensar en ellos. Jackie, aquella chica que sabía que amargarse no servía de nada, la que me ha hecho sonreir a pesar de estar en medio de una cacería. Chad, el que llegó de duro y al final era amable. Llegan de mi memoria todas las escenas que he pasado con cada uno de ellos.

Por fin amanece, he dormido cómo mucho 2 horas. Bajo del árbol con cuidado y comienzo a caminar sin rumbo.

Sin darme cuenta estoy frente al árbol ancho en el que cuelga una cuerda, solo que ya no hay nadie.

Mi respiración se acelera y me doy la vuelta alejándome de ese maldito lugar.

-¿Te has perdido, siete? - Me giro en redondo y veo a la chica del 2, apoyada en un árbol mirándome con una sonrisa -. Estoy cansada de esta arena y de... -chasquea la lengua buscando una palabra - sobrevivir. ¿Por qué no acabamos ya?

-Me estabas esperando.

-Te estaba buscando. Ayer maté a tu amiga y después viste a tu compañero de distrito, que lo mató mi compañero, y sabía que no andarías lejos.

Saco la espada preparada para cualquier movimiento que haga ella. Saca una espada y se acerca a mí lentamente.

-¿De verdad estás dispuesta a luchar?

-Por supuesto.

Se acerca con un grito de guerra enarbolando su arma y se lanza a mi estómago, pero paro la hoja de su espada. Es demasiado fuerte, no voy a aguantar muchos más golpes cómo este. Vuelve al ataque, esta vez intenta llegar a mi cuello, pero la paro por poco. Jadeo, me cuesta parar sus estocadas, que me llegan con más fuerza que presición. Claro... Yo no tengo fuerza, pero puedo intentar buscar el su punto débil. Se aleja un poco y se queda mirándome, con un brillo amenazador en los ojos. Ataca otra vez haciéndome retroceder un par de pasos. Sigue empujando y tengo que seguir retrocediendo. Baja de repente la espada y me hace un corte en el muslo, superficial, pero doloroso. Mi espalda toca el tronco de un árbol y pierdo toda esperanza que tuviese de ganar este combate. Sigue empujando hasta que las dos hojas rozan mi garganta. Con la otra mano se mete la mano en el bolsillo, saca un cuchillo y coloca la punta en mi corazón.

Entonces su boca se llena de sangre y abre los ojos de par en par. Cae de rodillas. Su atacante está a su espalda sujetando aún el borde de la espada.

Un cañonazo.