Capítulo 10. "Si querer es poder... No, no puedo"

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Subo hasta la séptima planta. Me quedo quieta antes de entrar, por inseguridad y miedo, ¿de qué?

Cómo no me muevo uno de los agentes de la paz que escoltan en el ascensor me mira e intento encogerme. Avanzo y entro en el ascensor. No tardo en estar arriba. En cuanto se abre veo de refilón en sofá. Todos se giran, cómo si me esperara, tal vez lo hicieran. Camino lento hasta estar en el umbral, los miro a todos sin saber que decir.

-¿Cómo te fue?-Pregunta mi mentor.

-Bien, creo.

-Más detalles, mujer. - Apremia Suzanne.

Me siento al lado de ella pero al momento me levanto para cambiarme.

Llego a mi habitación, me quito la ropa del entrenamiento, me ducho y visto sencilla y cómoda. No tardo en salir de nuevo a la sala. No había reparado antes:

-¿Y Chad?

-Se fue a su habitación sin decir nada.

Me encojo de hombros. Aparto la silla, me siento lo más recta que puedo y empiezo a comer.

-¿No nos vas a contar nada?

Sonrío y le relato más o menos mi actuación.

-Bien. Pero, ¿crees que haberle mostrado cómo llevas las armas cuando lo mejor sería no ir a por una?

-Pues... No lo sé. Tengo claro en no integrarme en el baño de sangre pero no me puedo ir sin nada.

-Claro, pero lo más cercano siempre va a ser lo peor de toda la Cornucopia.

-Ya, si eso lo sé. - Medito un rato- Sly, ¿y si me quedo cerca de la Cornucopia? Así después del baño de sangre, cuando los profesionales se largen de allí, puedo ir a coger armas y los suministros que queden.

Sly le da un sorbo a su vino. Después de un rato contesta:

-No es mala idea. Pero si no se van...

 No hablamos nada más hasta que llega Chad. Se sienta sin decir nada y Sly le dice:

-¿No vas a decir nada? ¿Que tal?

-Muy bien.

-¿Que has hecho? - Pregunto yo.

-Pues llegué, me equipé con hachas y las lancé acertando.

-¿Lanzaste las hachas? - Dice el mentor casi atragantándose.

-Sí, ¿que pasa?

-Bueno, son bastante pesadas y se necesita muchísima fuerza y presición.

-Les impresionasten entonces. Si es verdad lo que dice Sly, has hecho algo inusual.

Debatimos y acabamos la cena.

Al final nos juntamos en la sala y observamos la televisión. Caesar Flickerman aparece en pantalla con una gran sonrisa. 

-A continuación daremos paso a las puntuaciones de las sesiones privadas de los tributos con los vigilantes.

<<Distrito 1: Eleanor Rose... 10 y Nathan Army... 11; -los nombre pasan- Distrito 4: James Ball 6 y Jacqueline Hutcherson... 8 - Más tributos. Empiezo a comerme las uñas, nerviosa.- Marc Lewis un 3 y Rachel Simpson 5. Distrito 7: Deanne Delaney... -Pausa eterna- un 9 y Chad Hoffman 10... 

Dejo de escuchar las puntuaciones. me levanto de un salto, al igual que Chad y Sly. Abrazo a Sly.

-¡Un 9! -Río, ya que estoy liberando los nervios que tenía ahora.

-Muy bien, chicos.

Le sonrío a Chad que me devuelve la sonrisa.

-No está nada mal pare ser tan pequeña.

Frunzo los labios y le miro. Claro, él es grande para su edad.

-¿Sabéis las consuencias de esto? - Dice Sly y ambos le miramos.- Para los profesionales no seréis simples tributos más.

-¡No puedo!

-Claro, que sí.-Replica Suzanne con su acento del Capitolio.

Me apollo en la pared y camino un poco. Comienzo a cogerle el truco a esto de caminar con tacones.

-Venga, a la puerta. Empezamos de nuevo.

Con un suspiro de resentimiento me dirijo a la puerta. Suzanne hace un gesto y sé que tengo que ir hacie ella. Cojo lijeramente la falda para no pisarla y  camino hacia ella, moviendo las piernas con sumo cuidado. Echo los hombros hacia atrás, elevo la barbilla y sonrío falsamente.  Llego hasta ella, la cual sonríe y añade:

-¡Bien! Ahora te comportas como una chica.

No sé que debo responder a eso, así que hago caso omiso.

Siento los malditos zapatosde gran tacón.

-¿Me puedo quitar esto ya?

-No, no, no. Espera. No te muevas.

<<Cómo si puediera>>.

Suzanne se sienta en la cama.

-Con todos ustedes, Deanne Delaney.

Suspiro y avanzo hasta ella con los hombros hacia atrás, barbilla alzada y pequeña sonrisa forzada.

Me coloco junto a ella y espero a que diga algo.

Pasamos el rato simulando las entrevistas hasta que dice:

-Venga, a comer. Luego tendrás tu sesión con Sly.

Me quito los tacones deseando lanzarlos muy lejos de mí. Voy a salir cuando Suzanne me llama:

-Deanne, por favor, tienes que ser más natural. Eres muy tímida y rígida conmigo, no te quiero ver delante de todo Panem.

"Delante de todo Panem". Ay Dios, de repente voy a tener pánico escénico.

Comemos y me voy con Sly a preparar las malditas entrevistas de mañana.

-¿Cómo te ha ido con Suzanne?

-Bueno, ya tengo modales.-Eso es lo que dijo ella.- Pero dice que soy demasiado tímida y rígida con ella, y que se espera lo peor en las entrevistas.

-A ver, he estado buscando enfoques para vosotros. Deanne, eres especial, hija.-Dice en broma.- Mortífera no eres ni de lejos, arrogante tampoco, no puedes ser sexy porque eres demasiado dulce, no eres ni atrevida ni lo que se dice divertiga...

Me miro las uñas, perfectas. ¿Qué le digo?

-Te daríamos el enfoque dulce, pero el Capitolio quiere sangre y violencia. No servirá. He pensado en que puedes ser una chica misteriosa, obligarás a Caesar a preguntarte, ya que no dirás mucho de tí. Cómo eres muy mona -me ruborizo- te preguntará seguro si hay alguien esperándote en el Distrito 7. -Dylan. No, no tengo nada con Dylan simplemente... Vuelvo a la realidad.- No dirás nombre ni nada, tranquila.

-¿Entonces?

Y me relata con mucho detalle cómo tengo que parecer.

Dicen que querer es poder. ¿Quiero ganar? Sí, quiero ganar. El problema es que no me veo capaz de pagar el precio necesario para hacerlo. ¿Prefiero morir? Jamás. Querer es poder. Quiero, pero ¿puedo? ¿Puedo acabar con vidas por la mía? ¿Soy tan egoista? No, claro. No es ser egoista, simplemente quiero vivir. Entonces sí, sí quiero. Pero siempre tendré la duda: ¿puedo?

LOSS. (FanFic The Hunger Games)Where stories live. Discover now