Capítulo 13. "El baño de sangre"

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Y ahora sí: Que comiencen los Septuagésimo novenos Juegos del Hambre y que la suerte esté siempre, siempre de vuestra parte.

El sol está en su cenit. Me giro frenética hacia todos lados buscando a mi aliada, hasta que la veo, 10 tributos a mi izquierza, ella ya me ha visto, espera que le diga algo.

55 segundos.

Le hago un gesto para que espere. Observo la arena, boquiabierta. Estamos en un claro de arena gris. La Cornucopia, el cuerno dorado, reluce bajo el sol resaltando sobre todo. Un poco más lejos, hay un bosque, para mi asombro, de ojas lavanda y madera blanca.

50 segundos.

Me centro en el cuerno y los objetos, buscando algo. Wow, Naveen tenía razón: hay muchísimas armas. Resaltan los 1, 2, 3...10 arcos, muchísimas espadas, cuchillos... muchísimos. Bien, los profesionales no se lo pueden llevar todo ni aunque quisieran. Sonrío malévola. Hay mochilas negras cerca del cuerno, pero lo más cercano que tengo es una simple cantimplora. Mierda.

40 segundos.

Puede que haya algún sonido, solo escucho mi corazón contra los oídos. Trazo una línea mental hacia la linde del bosque, viendo cómo, yendo con suficiente agilidad -la cual no tengo- podría ir recogiendo cosas.

Me decido. Me giro hacia la izquierda y le señalo hacia donde ir. Asiente con la cabeza y se pone en posición de correr. La imito.

20 segundos.

Me toco el brazalete instintivamente. Espero.

15 segundos.

Observo una vez más las armas de la Cornucopia: espadas, lanzas, cuchillos, arcos, hachas...

Chad... Lo busco. No lo veo. está en la punta del semicírculo, preperado para correr... ¡al cuerno!

No lo pienso más, solo: Chad, mucha suerte.

7 segundos...

Ya están todos en posición de salida.

Los últimos segundos pasa. 6... 5... 4... 3... 2...

Suena el gong y antes de pensarlo siquiera muevo mis piernas rápido. Pillo por el camino una cantimplora y una cuerda hasta que choco con el chico del 12. Siento un momento de desequilibrio pero me levanto y sigo corriendo en la misma dirección. Cojo una bolsa llena y una mochila aparentemente vacía. Llego a la linde del bosque, cuando veo que los árboles me tapan, me doy la vuelta. En unos segundos Jackie llega dónde estoy yo. Antes de hablar nos tomamos un momento para recuperarnos por la carrera.

-Vamos a alejarnos un poco.-Le digo y ella solo asiente, sigue sin poder apenas hablar.

Caminamos un rato. El suelo es roca más o menos lisa gris clara y todos los árboles son de madera blanca, anchos y de hojas lavanda. La temperatura es buena, aunque un viento frío pasa de vez en cuando. Paramos para examinar lo que llevamos.

Dejamos caer varias cosas en la piedra. Ella lleva también una cantimplora, dos bolsas con algo dentro, una bobina pequeña de alambre y una manta enrollada.

-Un buen botín tenemos aquí.

Abrimos las bolsas. Las tres bolsas están llenas de comida, un poco extraña. Ella también tiene una mochila vacía, creo que el claro estaba llena de ellas. Repartimos todo y nos colgamos las mochilas.

-Jackie, ahora vamos a esperar hasta que suenen los cañonazos, -le explico lo que haremos a continuación.

Esperamos un rato hasta que esucho el primer cañonazo. Dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve y diez.

-Once muertos.-Informo.

-No me extraña, era fácil defenderse.

-Ahora los profesionales irán a la caza.

-Sólo esperemos que no sea en esta dirección.

Echamos a andar, sin hablar.

-¿Qué te parece la arena?-Pregunto.

-Horrible. Tendría más oportunidades de ganar de haber algo de agua, y por ahora no hemos encontrado.

Al final llegamos a la linde del bosque y, cómo pensamos, los profesionales han ido a la caza. Avanzamos con cuidado hasta la Cornucopia. La arena gris esta manchada de sangre, aunque ya no hay cuerpos.

-No hay nadie.-Susurro, no me atrevo a hablar más alto.

-Terminemos ya, no me siento segura aquí.

Cojo uno de los cinturones llenos de huecos y los lleno de cuchillos, tambien guardo algunos en el cinturón que llevaba de antes. Cojo también una espada y me cuelgo la vaina en la espalda.

-¿Qué más cogemos?

-No sé. Esto es un tesoro, ¡cuantas armas!

Jackie ha cogido un arco, una lanza y coge tres cuchillos que se guarda en el cinturón.

-Ahora sí que podemos decir que vamos armadas hasta los dientes.

Estoy al lado del panel de los cuchillos y escucho un crujido. Jackie también lo ha oido y nos giramos. No aparece nada hasta que una lanza choca con el metal de la mesa  en la que estaba apoyada, cómo mucho a 5 centímetros de mi mano. Agarro una de las armas de la mesa y lo lanzo en cuanto veo un poco la figura, que grita y gruñe un insulto. El cuchillo le ha dado en el muslo. Mi aliada carga el arco y la flecha se clava en su estómago. Solo le quedan unos minutos de vida. El tributo escupe sangre y cae al suelo de rodillas. Le veo mejor la cara, es el chico del 11.

-Vamonos. 

Cojo otro cuchillo para llevarlo en la mano. Ambas salimos corriendo hacia el bosque. Seguimos corriendo hasta que nos paramos en seco, escuchando agua.

-No estoy loca, ¿verdad?

-No... Jackie, es agua. 

Caminamos llevadas por la sed desesperada, siguiendo el sonido de la corriente del agua.

Cuando llegamos, la sorpresa me invade.

LOSS. (FanFic The Hunger Games)Where stories live. Discover now