LOSS. (FanFic The Hunger Games)

Capítulo 16. "Destinados a luchar."

-¿Qué?

Jackie estaba detrás mía observando todo en silencio. Alargo la mano para tocar la pared de piedra, con un poco de miedo. >.

Cuando rozo la superficie rocosa, mi mano no se queda quieta, la atraviesa. Siento aquella sensación que de pequeña imaginaba cómo sería lanzarse desde un aerodeslizador del Capitolio y atravesar las nubes. Claro, más tarde aprendí que las nubes era vapor de agua, pero siempre me imaginé cómo sería atravesarlas. 

Me giro para mirar a mi compañera, que asiente sin decir nada. Miro hacia delante, sin sacar la mano de la pared doy un paso hacia delante y la travieso entera. Siento un momento de desequilibrio, cómo si estuviera subiendo unas escaleras y quisiera subir otro escalón más, pero en vez de haber un es escalón superior, baja. Todo da vueltas durante un momento y la imagen se coloca bien y reconozco todo:

Una extensión de arena grisácea -la última vez que la vi tenía muchas manchas de sangre en diferentes sitios- y en el centro, el cuerno dorado, la Cornucopia. Me giro pero no hay nada, solo para seguir caminando y adentrarse en el bosque. Me empiezo a agobiar, ¿y Jackie?

Parece que alguien ha encontrado también la forma de salir de aquel valle. Parece sentir lo mismo que yo hace un momento, desequilibrio y después reconocimiento. Está a unos 10 metros de mí. Me quedo paralizada, debería echar a correr o atacar, pero no encuentro la movilidad.

Se percata de mi presencia, ya sea porque me ha escuchado o porque haya hecho cualquier tipo de ruido. Es una chica, si no recuerdo mal es la del 3, la que lanzaba frutos al abismo. Supongo que habrá encontrado la forma de bajar y se ha visto llevada por la curiosidad de atravesar también la pared. Su rostro es fino y tiene unas pronunciadas manchas moradas bajo los ojos. Su pelo naranja apagado está recogido por una cola de caballo despeinada. Abre mucho los ojos cuando me ve, de un color gris oscuro. Tiene dos lanzas, aunque la última vez que la vimos no llevaba ningún arma.

Encuentro el movimiento y doy dos pasos hacia atrás muy lentamente. Ella lanza una de sus lanzas, no con mucha exactitud. Yo me aparto pero la afilada punta de su lanza abre una raja en mi antebrazo derecho. Aprieto los dientes por el escozo. Ella aprovecha mi momento de dusracción al observarme la herida y sale corriendo hacia el bosque.

Ha rajado un poco de la chaqueta y se ve cómo la sangre mana. Me la quito y observo la herida. Es un poco profunda, pero sobreviviré mientras no se infecte. Pongo la mano intentando parar un poco el flujo de sangre, pero no sirve de mucho.

Entonces una mano aparece, seguido de un cuerpo. Me enderezo enseguida y agarro un cuchillo con la mano derecha, la sagre resbala manchando el cuchillo.

Es Jackie.

-Oh, Dios. Dee ¿estás bien?

-Sí, sí, tranquila. Es solo superficial -Veo su mirada preocupada pero no añade nada más-. ¿Por qué has tardado tanto? -Entonces me fijo. Tiene las manos cubiertas de sangre y salpicada en el rostro y la ropa.

-No es mía - Aclara-. De repente el agua se tornó roja, hace un momento y me acerqué a ver. Era sangre - Tose para aclararse la garganta-. Parece que ha coincidido cuando te han herido.

-Vaya, esta arena es una caja de sorpresas.

Suena un cañonazo.

Comienzo a comprender. Esta arena no está diseñada cómo un laberinto, ni cómo un lugar dónde jugar al pilla-pilla, todos los sitios acabarán en la Cornucopia. Está claro que no esperan que no encontremos por casualidad, por eso es todo el bosque igual, para que, sin darte cuenta, llegues al cuerno y te encuentres con otros tributos. Se han lucido con esta arena.  No van a esperar a que nos desesperemos para ir en busca de los otros tributos, de eso ya se encargan ellos recordándonos el premio, avisándonos cuando hay un tributo herido y débil con el que poder luchar, llevándonos a todos al mismo sitio.

Me quedo observando el suelo y veo el cuchillo que lancé antes y que atravesó la pared, lo cojo y con él en la mano empiezo a andar hacia la "seguridad" del bosque, aunque está claro que en esta arena no hay nada seguro.