Capítulo XXIV

2.2K 191 159
                                    

❝¿Por qué te encanta como te miran mis ojos?❞

___ POV

Domingo 20 de agosto, 02:11 pm

Acabo de comprar algunas cosas de higiene personal, por lo que estoy más cerca del departamento de Rubius de lo que estaría desde el mío. Ya va una semana de no ver a Alex, extraño sus maullidos y sus tiernos ojitos, me harta no poder vivir con él, pero me tranquiliza un poco que está al cuidado de un chico responsable, o algo así.

Está bien, voy a ir con él arriesgándome a verle la cara a esa tipa y muy posible salir con el corazón más destrozado de lo que se encuentra. De vez en cuando hay que tomar riesgos por amor, amor a los animales claro está.

Decidida, marco su número.

—¿Pelirroja? —contesta desconcertado provocándome emoción al oír su voz después de muchos días

Me gusta cómo se está animando poco a poco a llamarme de esa manera. Me siento un tanto especial, no demasiado puesto que en este momento tiene a otra en su mente.

—¿Rubius? —le digo de la misma manera.

—¿Qué sucede? —cuestiona intrigado— Hace días que no tengo señales de ti.

Una semana para ser exactos, pero por lo menos se ha dado cuenta, algo es algo.

—Lo sé, no me han dado ganas de verte a la cara —suelto una risa nerviosa al procesar lo que acabo de decir—, es broma. Quiero ver a Alex, ¿es buen momento para ir?

—¿Me has estado evitando? —inquiere.

Para ser honestos a él no, a la situación incómoda que me provoca cuando está con su ex sí.

—¿Un poco? —admito dubitativa—. Entonces, ¿está bien que vaya?

—Sí, de una vez acá me cuentas lo que tienes que decirme —suelta una risa y me cuelga.

¿Ese era Rubius? Joder, él no es tan directo ni provocador. ¿Notó que he estado evitándolo? Debería ignorar que efectivamente sí lo he hecho y no preguntar como siempre ha estado haciéndolo. Espero no terminar diciéndole cuán celosa me siento de ella y lo mal que me hace sentir al imaginarme lo que hacen bajo el mismo techo.

Estoy relativamente cerca, solo me hace falta caminar unas seis cuadras.

Quince minutos pasan y ya estoy tocando a la puerta, rezo porque no la abra ella.

—Llegaste muy rápido —se ríe Rubius, el que estaba esperando ver—, no me diste tiempo de ordenar del todo bien.

—Estaba desesperada por llegar —le sonrío antes de ver como se aparta para que pase, lo hago y cierra la puerta detrás mía—. ¡Alex!

Viene corriendo mi gatito quien no deja de maullar en señal de cuánto me ha extrañado, sin poder evitarlo me agacho a su altura diciéndole lo mucho que le quiero con voz aguda.

—No ha dejado de maullar a la puerta de entrada desde que te fuiste —él se agacha a mi lado—, lo has hecho sufrir.

Le acaricia justo al lado de donde yo lo estoy haciendo y en pequeños instantes nuestras manos se tocan causando choques de alegría en mi interior. Detengo las caricias para observar su perfil el cual no dura mucho ya que también se gira para verme, sus ojos verdes me observan de una manera intensa que me hace querer aventarme sobre él para besarlo y deje de examinarme como lo está haciendo.

Debo decir algo.

—Me encanta como me miran tus ojos —comento sin pensármelo dos veces.

Agrando los ojos sonrojándome un poco al darme cuenta de que le he dicho un halago muy comprometedor. Me levanto para dejar de mirarlo dirigiéndome a la cocina restándole importancia y esperando que no diga nada al respecto.

NO SOY TU FAN [Rubius y tu]Where stories live. Discover now