Capítulo XXVII

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❝Esa mirada rogando por una oportunidad con esos ojos tan preciosos en busca de un perdón.❞


___ POV

Domingo 20 de agosto, 06:12 pm

La sala de espera no es el lugar más agradable del mundo, está llena de angustia, tristeza, esperanza, dudas; y todos quieren un mismo fin, la gran noticia de que la persona a causa de su preocupación esté libre de peligro. Pero no siempre pueden existir milagros.

—¡No! ¡Mi niño! —un grito desgarrador inunda el pequeño cuarto, la pena me ataca sin piedad—. ¿Por qué a él? Apenas era un niño, mi bebé —la madre esta tumbada en el suelo llorando de manera desconsolada—. Quiero a mi niño precioso aquí conmigo —expresa casi en un susurro.

El sentimiento me llega completamente, las lágrimas están a nada de salir, pero hago mi mayor esfuerzo por retenerlas.

—Familiares de Kylie Ruvalcaba —anuncia el doctor.

—¡Aquí! —grito en desespero.

—Debido al impacto con la camioneta sufrió una leve contusión en el cerebro, se fracturó varias costillas y el brazo derecho, se lesiono el cuello y presenta múltiples laceraciones. Por el momento está fuera de peligro, pero necesita de reposo absoluto por lo que les pido que no la alteren. Pueden pasar a verla.

Alex y yo compartimos miradas antes de dirigirnos al cuarto donde la tienen en camilla. Al entrar se me estruja el corazón y no dudo que a él igual, se ve tan vulnerable, tan frágil con sus ojos cerrados y los moretones que le cubren el brazo izquierdo.

Kylie abre los ojos y nos sonríe como un niño que acaba de hacer una travesura.

—Holi —nos saluda con su brazo disponible, pero se queja del dolor a continuación.

—¡Te voy a matar! —expreso molesta— ¿Cómo se te ocurre agarrar una moneda a mitad de la calle?

—No era una moneda, era la moneda —enfatizó la palabra como si con eso ya se justificara.

—Lo siento, vuelvo ya que me calme —me dirijo con Alex—, quédate con ella. —él asiente y salgo del cuarto.

Paso esquivando con cuidado la gente para salir del hospital, me estoy irritando mucho últimamente, creo que el pendejo ese está influyendo en mi vida más de lo que me gustaría.

Doy un vistazo rápido a mi alrededor, ojalá fuera como en México que en cualquier lado te encuentras un carrito de elotes o tamales. Ay, quiero un tamal, a ver cuando voy a visitar a mis padres para atascarme de manera enferma con mi comida natal... No sería mala idea.

Escucho una respiración entrecortada cerca de mí, por instinto me volteo para ver quien es y me sorprendo mucho al observar un Mangel y un Rubius sudados hasta los cojones. ¿Desde dónde habrán corrido?

—¿Cómo está Kylie? —preocupado me pregunta el de lentes—, ¿qué coño ha pasado?

—Pues que te lo diga ella —sueno enojada y apunto al hospital—, está muy orgullosa de sus acciones.

Sin contestar ni dudar rápido se adentra por la multitud en busca de respuestas, aunque ni siquiera me preguntó en que camilla se encuentra. Espero se encuentre con Alex allá dentro.

Incomodidad, eso es lo que me hace sentir la presencia del kilómetro parado. Solo está aquí mirándome y yo no hago nada más que hacer de cuenta que no sé que está con su mirada bien puesta sobre mí. No espero más y me encamino a la banquita verde que se encuentra a unos metros.

—Que no me siga, que no me siga, que no me siga —repito en susurros.

Tomo asiento cerrando los ojos en alivio exhalando pesadamente, pero alguien se sienta a mi lado.

—No mames —maldigo al ver a Rubius bien cómodo con una pierna sobre la otra—. ¿Por qué tienes el descaro de seguirme? —inquiero con enojo.

—Tenemos que hablar ahora que estamos más relajados —me mira y evito el contacto casi de inmediato.

No hace más de dos horas pasó el escándalo dramático en el departamento, sigo con los sentimientos a flor de piel y todavía el pendejo dice ahora que estamos más relajados. ¡Pues lo estarás tú baboso!

Me cruzo se brazos, estoy indignada, dolida, enojada, irritada, preocupada, desilusionada... Me molesta mucho cuando tengo los sentimientos revueltos, sin pies ni cabeza.

—Pues lo estarás tú, porque yo no.

—¿Cómo te hago entender que me gustas y que quiero estar contigo? —se gira hasta casi quedar encima de mi y en señal de súplica— Joder, que yo te quiero a ti pelirroja —toma mi mano y la cubre formando un puño, lo observo y sus ojos llenos de arrepentimiento me estrujan el corazón.

No puedes hacerme esto, soy vulnerable con respecto a ti, ¿no entiendes? Esa mirada rogando por una oportunidad con esos ojos tan preciosos en busca de un perdón. Esta manera de quererte me hace tener un impulso de besarte y olvidar el pasado, olvidar el hecho de que esa mujer es tu ex-pareja, olvidar que los vi besándose, olvidar por un momento el corazón roto y la noche en vela que tuve llorando por tu amor.

—No —me suelto de tu agarre—, entiende por favor Rubius —le miro con los ojos cristalinos—, me dolió verlos besándose, me dolió que por una semana no vi ni tus luces después de ese día, me dolió sentirme reemplazada. No sabes lo que me dolió —termine con un murmullo, rompo el contacto y me limpio las lágrimas.

Soy una tonta sensible, joder, que vergüenza. Me da rabia ponerme así por su culpa.

—Lo siento —se levanta de la banca—, lo siento mucho.

Vuelvo a llorar al verlo marcharse como si nada, ya sabía yo que lo de estar enamorado era una vil mentira. Está yéndose como un cobarde o quizá yo soy una pesada, me duele que se este yendo, me duele mucho. Me siento como un estorbo reemplazable ahora... Nadie quiere a una niñita dramática.

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24/Abril/2019: Ese Rubius es un pendejo.

Espacio para mentarle la madre a Rubius.




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⏰ Last updated: Jun 21, 2019 ⏰

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NO SOY TU FAN [Rubius y tu]Where stories live. Discover now