𝕯𝖎𝖊𝖟

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𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤'𝐬 𝐏𝐨𝐯

—Amor, ¿Estas bien? —Preguntó mi madre exaltada al verme el montón de hematomas por cualquier parte de mi cuerpo. Tomó mi rostro e hice una mueca cuando tocó el más grande. —¿Quién te ha hecho esto?

—¡Cariño, déjalo! Es normal, a su edad también me metía en peleas y más si era por chicas. A Jungkook le gusta una en el instituto, me lo ha dicho la otra vez.

—No me he peleado con nadie, me han jodido. —Admití ya obstinado de las palabras de mi padre.

—Oh. Así que la chica tenía novio. —Continuó él.

—No ha sido por una chica. —Presioné mis ojos sin poder mirarles a la cara y el timbre de la casa sonó. Fui rápidamente a atender al visitante y me encontré con la sorpresa de que era el director de la escuela.

—Jeon Jungkook. —Mencionó secamente. — ¿Se encuentran sus padres?

—Sí. —Contestó mi padre apareciendo detrás de mí.

—Necesito hablar con ustedes, a solas. —Me miró elevando una de sus cejas canosas. —Sin su hijo.

—Ya lo has escuchado, Jeon. —Dijo mi padre haciéndome señas de que me marchara, me dirigí hacía las escaleras pero me quedé sentado a la mitad para escuchar aquella conversación. ¿Qué habría venido a hacer el director aquí?

—Necesito que retiren a su hijo de inmediato de mi instituto.

—¿Qué? —Casi gritó mi madre.

—¿Por una pelea? ¿No le puede dar una oportunidad más? Le prometo que mi hijo se comportará, es algo que normalmente pasa. —Agregó mi padre.

—Si sólo hubiera una simple pelea lo pensaría, pero su hijo cometió algo más que una pelea. Un acto que no está permitido en mi escuela y no quiero alumnos como él dando ese ejemplo allí.

—¿Pero que ha podido hacer mi hijo, director? —Preguntó mi padre.

—Lo han encontrado besándose con otro chico debajo de las gradas. ¿O es que no les ha contado el porqué de su golpiza? —Mi madre se quedó plasmada sin palabras dejándose caer sobre el sofá y la expresión de mi padre era horrorizada, nunca podré olvidar aquel rostro.

—¿Está seguro de lo que dice? —Volvió a preguntar y podía notar como quería que fuese todo una broma.

—Sí. Así que por favor mañana pase por el instituto a retirar a su hijo porque no aceptamos homosexuales allí, es desagradable.

El mundo se me vino a los pies y sentí como todo lo que había dentro de mí se derrumbó por completo, las lágrimas amenazaron mis ojos y corrí hacia mi dormitorio cerrando la puerta con seguro. Me tomé del cabello sintiendo las grandes gotas deslizarse por mis mejillas.

No habían pasado más de cinco minutos cuando grandes golpes eran proporcionados a la puerta. —¡JUNGKOOK! ¡JUNGKOOK! ¡ABRE ESA MIERDA DE INMEDIATO! —Gritaba mi padre sin dejar de golpear la madera.

—¡Déjalo en paz! No debes tratarlo así, es nuestro hijo. —Escuché decir a mi madre detrás de él.

—¿ACASO PIENSAS APOYARLE UNA COSA COMO ESA?

—Podemos hablar con él tranquilamente sobre eso.

—¿Cuándo vas a entender que tu hijo está enfermo? Hay que llevarlo al psicólogo, estas cosas no son normales. Es una vergüenza para la familia.

Last HeartbeatWhere stories live. Discover now