III - De Anhelos & Secretos

2.2K 258 49
                                    

Martes, 21 de septiembre de 1885.

La Dansé des Merveilles, Montecarlo (Francia)

Biblioteca

La incomodidad crecía en Fleurie cada vez que la mirada de Emmanuel se posaba en ella. Fija, clavada, recorriendo su figura parte por parte, ojeando su largo vestido rosado; y aun así, la seriedad no desaparecía de su rostro. Tan sólo expresaba el desprecio, la repugnancia, y de una forma tan descarada que Fleurie se encontraba constantemente tentada de dirigirle un par de palabras.

—Ya está otra vez, el jodido acosador... —comentó a Matildè con desprecio. La joven rodó sus ojos y la respondió.

—Llevas todo el día igual ¿Qué quieres que haga? Pasa de él y atiende un poco al tour, que vas a necesitar saber dónde están todos estos sitios.

Fleurie intentó rebatir, pero la Sra. Monsielle les avisó de que pasarían directamente a la biblioteca, interrumpiendo sus vocablos. La niña calló y siguió al grupo, escondiéndose entre el barullo e intentando pasar desapercibida. Después de tantas habitaciones bonitas, el lujo ya le parecía algo tan corriente como el agua potable. De hecho, la biblioteca no la impresionó en absoluto, pues se esperaba algo similar a lo que ya estaba viendo.

Un largo pasillo se extendía varios metros frente a ella, cuyo suelo se hallaba cubierto por detalladas alfombras sobre las cuales reposaban mesas de estudio, vacías o llenas de estudiantes de edades diversas. A los laterales, podían encontrarse escaleras hacia un segundo piso, también ocupado por decenas de estanterías repletas de cualquier género literario y mesas de estudio exactamente iguales que las del piso inferior.

Todas las paredes desaparecían casi por completo, ya que las ventanas ocupaban todo el espacio, proporcionando una gran cantidad de luz natural al ambiente cerrado de la biblioteca. No sólo eso, sino que además, el techo se hallaba cubierto por una gran cúpula finamente trabajada que ponía la guinda del pastel al lugar. Repartidos en el piso inferior, se encontraban mapas y globos terráqueos de exquisita elaboración.

Para concluir, la Sra. Monsielle se acercó al mostrador y destacó la buena actitud y trato hacia el estudiante del que tanto presumían allí. De hecho, esa biblioteca no se visitaba sólo por los residentes del lugar, sino también por muchísimas personas que estaban encantadas con la amplia colección de libros que ofrecía gratuitamente el lugar. En aquel momento, Fleurie se sintió como en una nube.

Le pareció evadirse del mundo para embriagarse con el color de las pinturas, con el olor a los mapas más elaborados, con el silencio más hermoso y profundo que había experimentado jamás... antes de que alguien decidiera interrumpir su momento. De nuevo, Emmanuel comenzó a otearla con su mirada, con su expresión fría y carente de sensibilidad. Sólo le faltaba preguntarse si quizá debería tener miedo de sus tratos.

–Este chaval me incomoda. Como siga así, voy a tener que hablar seriamente con la profesora —comentó Fleurie. Sin embargo, Matildè no la escuchó, pues estaba sumida en su propia nube de autocomplacencia. Resoplando, Fleurie rodó sus ojos y se acercó a Emmanuel, con la pose más rígida que pudo adoptar. Emanando la fiereza por cada poro de su cuerpo, se puso frente a él e hizo lo que debió hacer hace mucho tiempo.

—¿Podrías dejar de mirarme todo el rato de esa manera tan descarada, maldito pervertido?

Fleurie se cruzó de brazos y esperó una respuesta que nunca llegó. Lo que sí recibió fue una mirada asesina que le congeló el alma. Fue en ese momento cuando supo que Emmanuel no era en absoluto normal, una mente cerrada y egocéntrica, perdida, nunca encontrada. Titubeando, pidió la respuesta que tanto ansiaba conocer, el por qué de sus actos.

Death's Lullaby (Novela Histórica de Misterio & Suspense)Where stories live. Discover now