X - La Llegada de Death's Lullaby

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Miércoles, 6 de octubre de 1885.

La Dansé des Merveilles, Montecarlo (Francia)

Piso Inferior / Habitación Secreta

Congelada. Así se sentía Fleurie al pisar el último escalón y llegar finalmente al suelo del piso inferior. Sin embargo, no podía ver la claridad de su piel, ni la fina capa cristalina que opacaba parcialmente sus ojos. La oscuridad se extendía tan lejos que parecía no tener fin. Sólo un halo de luz se atrevió a desafiarla entre aquel manto de sombras.

La joven tragó saliva. Nada más empezar a caminar, comenzó a cuestionarse todo. No percibía su estadía en la Academia como algo real en aquellos instantes. Tenía la sensación de ir desvaneciéndose con cada paso que daba. El color negro la consumía, y no era en absoluto satisfactorio. Death's Lullaby, así la llamaban. ¿Sería la causa de que su cuerpo y mente actuaran como si estuvieran ya muertos?

Un pequeño golpe la hizo saber que no lo estaban. La ausencia de luz no permitió ver el final del pasillo. Sus manos se posaron en la gélida pared, tan fría que quemaba por dentro del alma. Podía asegurar, aunque sin saber cómo, que hacía mucho tiempo que nadie pasaba por allí. Dudaba hasta de la existencia del pasillo en sí. Gracias al tacto, pudo saber que frente a ella se hallaba un cuadro.

No podía verlo, pero podía admirarlo.

Las pintadas seguían en él, y las notaba deslizarse entre sus dedos. Luego tocó el marco, enorme, extravagante. ¿De oro, plata o madera? No importaba. Lo que importaba es que estaba allí, para ocultar algo, y sabía perfectamente qué. Tanteó la pintura con delicadeza hasta que algo frío rozó sus dedos. Una cerradura. Completamente a ciegas, sacó de uno de los bolsillos de su vestido la llave que le entregó su madre. Recordó sus palabras:

«Protege la llave. ¡Es muy importante! Sabrás cuándo debes usarla. Te quiere, Mamá»

Y efectivamente, ese momento había llegado. Apenas pudo escuchar un leve click al abrir la cerradura. Luego su intuición la guió. Agarró firmemente un lateral del cuadro y comenzó a traerlo hacia su cuerpo. Se movía. Era una puerta, oculta tras el arte para esconder arte.

Una vez dentro de la estancia, la cerró en absoluto silencio. Fue ahí cuando se sintió totalmente segura y sacó de sus prendas un candil de tamaño ridículo y unas cerillas. Con ellas la llama ardió en su interior e iluminó vagamente la habitación. Sólo ella podía contemplar las "maravillas" que allí se encontraban, porque era la única que tenía constancia de ellas. Además de Matildè...

Restó importancia a su compañera y se centró en la habitación. De tamaño considerable y antigüedad sugestionable. Telas de araña colgaban por allí y por allá, sobre farolillos, pinturas, estantes, y libros. Ninguno de ellos pudo ser reconocido por la alumna. Mientras, el polvo fluía con libertad en el ambiente. La luz apenas iluminaba la gigantesca estancia.

Decidió comenzar a investigar, concretamente entre los estantes repletos de libros, carpetas, archivadores y documentos. Era cuantiosa la suma de todos ellos, pero no tenía por qué verlos todos esa noche. La habitación yacía oculta a ojos de estudiantes y profesores... Pudo ver en las repisas unas chapas identificativas que informaban sobre qué clase de documentos yacían sobre ellas.

Al verlos fue cuando dudó de la antigüedad del lugar. La gran mayoría eran sobre la construcción de La Dansé des Merveilles. Fechas, cuentas, personal, y todo lo que derivaba de ello. Hasta que vio un apartado especial: Cartas Personales. Entre empleados de la construcción de la Academia. Un sobre en particular llamó su atención. Con letra cursiva rezaban las iniciales E y F.

Death's Lullaby (Novela Histórica de Misterio & Suspense)Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz