18.

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Llegué a la escuela un poco antes de que sonara la campana. James, Alex y Junior estaban sentados en una de las mesas de la cafetería y dirigieron su mirada hacia mí en el instante en que me vieron entrar.

—¡Cumpleaños feliz! —dijo James.

—Al consentido de mami —le siguió Alex.

—Cumpleaños, cumpleaños —cantó Junior.

—¡Cumpleaños feliz! —cantaron los tres en coro.

Río sin desconocer que lo están haciendo a modo de burla.

—¿Debo reír? —dije con el rostro inexpresivo— ¿Debo dar gracias?

—No, idiota —dijo James en un tono burlón mientras abría los brazos— Ven y dame un abrazo.

Imbécil.

Cerré mi mano izquierda preparándome para darle un golpe y en ese momento siento que alguien toca mi hombro tratando de llamarme. Doy la vuelta y veo a una hermosa chica sonriendo. Es Natalie.

—¿Interrumpo algo? —pregunta.

—No tienes idea.

Ella rió y me extendió su mano junto con una invitación a caminar un poco. Acepté instantáneamente. 

—Te encanta huir casi tanto como te encanta el trasero de esa chica —gritó Alex en un tono burlón.

—La diferencia es que él sí mira el trasero de una mujer y no el de otros dos homosexuales.

El grupo de aquellos tres quedó en silencio total.

Miré a Natalie sin evitar reír.

—Puedo ayudarte a que nadie impida que pases un buen día —dijo refiriéndose a lo que acababa de pasar.

—De eso puedo encargarme yo. Además, cuando suene la campana tendré que verlos otra vez.

—De todas formas, de nada —dijo sentando cabeza en su victoria—. Y feliz cumpleaños, Nathan.

Al parecer ahora sí lo es.

—Gracias.

Caminamos un poco hasta que sonó la campana.

—Irás a mi casa hoy, ¿cierto?

—No faltaría —dijo sin dudar—. 86 del Big Lake Hometown, ¿estoy equivocada?

—Ahí te espero.

No faltes. Por favor.



Mi espejo y yo [Terminada]Where stories live. Discover now