22.

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—Oye... oye... —susurra alguna extraña voz.

—Vete al diablo, mamá.

—Tu mamá está viajando, ¿recuerdas?

Empecé a abrir los ojos y me senté en la cama.

—¿Qué? —Dije casi sin poder pronunciar alguna palabra.

—Son las cuatro y media.

—¿Y eso qué?

—Alguien viene.

Abro los ojos de golpe recordando que Natalie estaba a punto de llegar.

Corro al baño solo para verme al espejo y ver la cara de un chico que se acaba de levantar. Eso no le gustará. Me apresuro a buscar mi toalla para por fin entrar a la ducha.

Nunca me había dado un baño más rápido.

—¿Puedo sugerirte qué usar?

—Yo puedo hacerlo solo —respondí sin rodeos con la cabeza casi dentro del guardarropa—. Gracias de todos modos

No tengo buenos antecedentes con el tipo de ropa que le gustaría a las chicas, sin embargo sé qué es lo que quiero usar. Tomo una camiseta de mangas largas de Drop Dead, con el mensaje "Your mind is blind" en el centro. 

—Tu mente es ciega —comentó el del espejo—. ¿Estás de acuerdo con lo que dice el suéter?

—No. Mi mente tiene los ojos bien abiertos, igual que yo. Personas como tú son incapaces de verlo de esa forma.

—No. Personas como tú se sienten calificados para describir su mente, su personalidad, gustos, pasado e incluso su futuro. Lo cierto es que ni tú mismo puedes conocerte de una manera completa.

Pongo los ojos en blanco y camino hacia la puerta de salida del cuarto.

—¡Oye! —gritó— Trata de pasarla bien. Ella lo hará si tú lo haces.

Asentí con la cabeza y bajé las escaleras.


Mi espejo y yo [Terminada]Where stories live. Discover now