Marvel:One-Shots (Finalizada)

Steve (II/?)

La luz apenas entraba en la habitación, todas las ventanas, puertas y otro tipo de accesos estaban cerrados o tapados.
Hace dos días que no dejaba la habitación, había botellas vacías tiradas en el suelo junto con su escudo.

Sus ojos estaban hinchados y rojos, evidenciando cada lágrima que había caído.
Su cabello estaba sucio y la barba había comenzado a crecerle, estaba casi irreconocible.

Nadie había ido a hablar con él, pero no le molestaba, de hecho estaba agradecido ya que en esos momentos solo quería estar sólo.

Se sentó en la cama mientras más lágrimas amenazaban con salir, apoyó sus codos en sus piernas y se llevó las manos al rostro, ignoró por completo los golpes en su puerta.

De pronto la puerta se abrió de golpe, levantó la vista levemente, sus ojos se fijaron en los de Tony, bajó la cabeza, no era siquiera capaz de mirarlo.

–p-por favor vete—Dijo con la voz entrecortada.
–No, vístete y aféitate–respondió con la voz firme.–Hoy es su funeral y tienes que ir–
–Y-yo no puedo—respondió mientras rompía en llanto.
–¿Por qué?, ¿Porqué siempre la trataste como si fuera un monstruo?–dijo con dureza.
–Tony por favor–rogó.
–No, te lo mereces–espetó.–La trataste como si fuera un monstruo. Y lo era de verdad, ¿Pero sabes por qué?–agregó.
–Y-yo..
–Ella se encargaba del trabajo sucio para que gente como tú no tuviera que ensuciarse sus manos perfectas–bufó.–Se que no era solo su apariencia lo que te molestaba, creo que era el hecho de que nunca, ni siquiera una sola vez se quejó, nunca tuvo problemas para renunciar a su humanidad y cumplir sus misiones. Sin embargo tú que eras tan perfecto, bondadoso y honorable hiciste lo mismo, claro que en vez de hacerlo para ayudar, lo hiciste por tus propios intereses–finalizó.
–Ella asesinó a un montón de gente–respondió con dolor.
–Ella murió porque tu vida significaba más para ella que su propia vida–dijo mientras se cruzaba de brazos.–Murió creyendo en ti, cuando tu jamás creíste en ella y lo peor de todo es que incluso en la muerte la sigues juzgando–escupió con rabia.
–No debería sorprenderme que vinieras sólo a mortificarme–bufó.
–No vine a mortificarte, vine a avisarte que tienes que ir a su funeral porque fuiste un completo hijo de puta con ella cuando estaba viva, así que tendrás que decir algo–dijo suavemente.
–No iré–respondió.

Tony bufó y salió dejándolo nuevamente solo, estuvo alrededor de dos horas acostado pensando en todo lo que había perdido por ser un completo idiota.

Respiró hondo y se levantó, caminó sin ganas hasta el baño, todo le daba vueltas.
Abrió la puerta y lo primero que vio fue su reflejo en el espejo; ojos rojos e hinchados, labios partidos y descoloridos, se llevó la mano al rostro y lo examinó, la barba le daba el aspecto de una persona completamente diferente, alguien sombrío, un completo extraño.

Abrió una gaveta y sacó la rasuradora, se tomó su tiempo para afeitarse, sin embargo aún se sentía como si fuera un extraño, no como si fuera alguien más, simplemente se sentía vacío.

Se quitó la ropa, sintió un leve dolor en sus costillas, bajó la vista y se encontró con un enorme moretón, el único vestigio físico que quedaba de aquel horrible momento.

Se duchó, el agua caliente aliviaba un poco el dolor que sentía, se  arregló tanto como pudo y cuando estuvo listo se vio una última vez en el espejo.
Esbozó una pequeña sonrisa la cual rápidamente desapareció mientras las lágrimas amenazaban con salir.

Fue al garaje y buscó su motocicleta entre los automóviles de Tony, abrió la compuerta y salió.

El viento helado le rozaba sus mejillas, parecía como si fuera a llover a pesar de que era pleno verano.