"Seth Miller y Austin Steel... rivales, enemigos, como quieras llamarlos, pero son complementarios. No pueden vivir juntos, se odian; más, no pueden vivir sin el otro, su vida depende de ello. Y luego estoy yo, en medio de su rivalidad, haciendo que...
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Los días para retomar las clases se encontraba transcurriendo paulatinamente. Siete días ¿Qué tan lento podrían pasar? Demasiado. Con dificultad estoy llevando el cuarto día. Mi madre se quedó conmigo los primeros dos, luego volvió a sus rutinarias tareas laborales. No tuve visitas, más que la de Seth aquella noche. ¿Será que se habrá molestado conmigo? Tenía su nuevo número agendado, más, no me animaba a enviarle algún mensaje, tal vez, se encontraba ocupado y yo solo molestaba. Siendo un Licántropo puede tener muchas responsabilidades que atender antes que mis tontas preguntas.
Mi herida cada vez se hacía más pequeña, ya podía mover mi cabeza con más agilidad. Al principio, me ardía y tenía comezón. Se podía notar bien las garras de Zander en mi piel, estaba consciente que terminaría con una cicatriz de recuerdo, si lo pienso, es una buena historia que contar... ¿Qué cosas estoy pensando? No puedo estar diciendo esto con naturalidad. No debo divulgar estos sucesos, hice una promesa hace unos meses y debo mantenerla, no diré nada al respecto.
Me encontraba sentada en mi cama, intentando leer una novela que había dejado olvidada desde que me mudé. Más, el golpeteo de la puerta de mi habitación captó mi atención.
Se suponía que me encontraba sola en la casa.
Me levanté y me dirigí a abrir la puerta con desconfianza. Más, al ver allí de pie a Seth, el alivio volvió a invadir mi cuerpo. Traía unos jeans claros con una camiseta blanca y, en su mano, una bolsa traslúcida que dejaba ver un puñado de hojas verdes, algunas flores de varios colores y muchas hierbas, algo que me extrañó.
- ¿Por qué tienes la costumbre de asustarme? -le repliqué.
- La próxima entro por la ventana, así me ves con anticipación.
- Mejor no.
Me hago a un lado y a la par que asiente, se adentra en la pequeña habitación cerrando la puerta detrás suyo.
- No asististe al instituto -le acusé.
Caminé hacia mi cama, donde me dejé caer para tomar asiento.
- Parker me pidió que buscara una hierba medicinal en el bosque -levanta la pequeña bolsa que cargaba-. Luego, pensé en ti y quise saber cómo estabas. ¿Te gustan los eventos escolares?
- ¿Cómo cuál?
- El instituto organiza un baile para celebrar a los graduados de cada año. Siempre lo hacen después de los exámenes, más, este año es diferente.
Vaya, no me esperaba que un instituto tan pequeño organice un evento así.
Sus palabras me hicieron entrar en razón que no faltaba mucho para terminar mi cuarto año del instituto. Ya se encontraba cerca las fechas de exámenes y yo aún en casa. Debería empezar a estudiar.
- ¿Vas a ir? -pregunté sin mucho ánimos.
- De hecho, no. Ese día es luna llena. Con los chicos nos mantendremos alejados por los niños que pueden estar rondando cerca. Parker tiene un amplio sótano para estos casos. No obstante, quería pedirte un favor.
