Capítulo N°23

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  Mis deseos porque este día no hubiesen llegado, ya se desvanecieron, ya solo queda aceptarlo

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  Mis deseos porque este día no hubiesen llegado, ya se desvanecieron, ya solo queda aceptarlo. Si lo pienso, solo es esta noche, ya luego seguiré con mi, no tan cotidiana vida.

  De Leah no se sabe mucho, intenté ir a visitar al hospital, más, no me permitieron verla, aún se encuentra en un estado crítico. Las heridas en su cuellos no fueron tan graves, aunque, sí la perdida abrupta de sangre. Según Austin, no cree que llegue a convertirse, la transfusión de sangre era suficiente para que ella se encuentra a salvo. Aún así, los Licántropos no están del todo conforme con su explicación, por ello, hacen turnos en el hospital, en la espera de si ocurre algo anormal. Koule me había prometido decirme si tenía novedades de ella.

  Sobre Seth, tampoco sé mucho. ¿Qué le estarás ocurriendo? ¿Qué puede perturbarlo a ese punto? Algo no andaba bien. También tengo en cuenta los meses que estuvo viviendo con los salvajes, tal vez, algo de lo que vivió allí le esté causando esta actitud. Más, yo me encontraba bien, la herida de mi cuello iba cicatrizando con normalidad, la de mi mano, estaba tardando un poco más de lo que creí, más, ya no era necesario tener la venda.

  Son las siete de la tarde y yo ya estaba lista para salir. Traía unos jeans oscuro, una camiseta negra y mi chaqueta de mezclilla. Solo me encontraba en la espera de mi acompañante, él vendría a recogerme. No sabía aún a donde iríamos, no le di mucha importancia, realmente, no me emocionaba la idea de salir.

  La puerta de mi cuarto sonó con tres golpeteo, seguido de abrirse para poder ver a mi madre allí de pie. Ella traía su vestimenta casual, unos jeans y una camiseta azul. En su rostro una pequeña sonrisa en sus labios.

  – Ya está abajo -anunció.

  – Vale. Gracias.

  Volvió a marcharse después de su anuncio. Claro que le dije que iría con Austin, solo que no le dije dónde, de todas formas, yo tampoco lo sé. Le conté que me invitó a salir, no supe que otra cosa decirle ¿Para que saldría un sábado a la noche si no fuera una cita? Mi madre se daría cuenta que tramaba algo, era preferible, explicarle todo con anticipación a andar dando miles de explicaciones ahora.

  Me levanté de la cama, tomé mi celular y mi pequeño bolso negro para luego salir de mi habitación e ir escalera abajo.

  Al llegar al living veo allí a mi madre de pie junto al sofa donde se encontraba sentado mi amigo. Al verme, él, se pone de pie. Se veía muy bien con su atuendo casual, unos pantalones beige y una camisa negra al cuerpo, bien abotonada. El verle me hizo sentir que mi vestimenta era inapropiada, aunque sabia que no era así.

  – ¿A dónde irán? -pregunta mi madre.

  – Veremos una película -responde.

  – Vale -asiente ligeramente, pensativa-. No vuelvan tarde.

  – No se preocupe.

  Nos dirigimos los tres a la salida, donde abrí la puerta para luego salir. Allí, al frente de mi casa, se encontraba el ostentoso y deportivo auto negro de mi compañero. Él fue hacia su auto para sacar las llaves del bolsillo de su pantalon.

Entre Vampiros y LobosWhere stories live. Discover now