Gendrya

667 27 3
                                    

Bajé de la barca y pisé tierra tras varios días de remo. Desde que Ser Davos me ayudó a huir de aquella bruja había estado navegando sin rumbo hasta llegar a una pequeña aldea en Volantis.
Allí permanecí al servicio de un viejo herrero que me contrató a cambio de comida y alojamiento. Pasé allí unos cuatro meses, el viejo herrero enfermó no tenía a nadie por loque  cuando falleció me dejó en herencia la herrería y unos 300 honores (la moneda de allí) entonces reflexionando me dí cuenta de que no tenía nada que hacer allí y decidí volver a Poniente.

Me despedí de mis amigos, unos chicos con los que me llevaba bien y los cuáles querían venir conmigo pero no cabríamos en la barca. Pasé un día navengando y paré a reponer fuerzas en una isla a mitad de camino. Finalmente llegué a mi destino.

Había atracado en Bastión de Tormentas, seguro, pero mi destino era Desembarco del Rey.  Ahora me quedaba continuar el camino a pie,  encontrar a alguien que me prestara un caballo o robarlo. Esta última opción no me gustaba pues traería consigo problemas y estaba desarmado.

Anduve varios kilométros hasta dar con una pequeña posada. Entré con precaución y me dirigí al tabernero.

"Buenas tardes, necesito un caballo."

El hombro me observó de arriba a abajo.

"No tenemos caballos aquí."  dijo en tono bajo.

Me despedí y volví a coger mi zurrón cuando escuché relinchar a varios caballos fuera. Miré al tabernero que estaba quieto.

"No podrás pagarme ni medio poni así que vete."

Saqué 150 honores del bolsillo.

"Tendrás suficiente con esto, equivale a 300 venados de plata." dije desafiante, por la expresión de su rostro no terminaba de confiar en mí. "Podéis ir al Banco de Braavos y comprobadlo, no me moveré de aquí."

"¿A caso crees que no se lo que valen las monedas? Soy tabernero pero no tonto." Hizo una seña para que lo siguiera. "Cogerás a la yegua, ya no me dará crías así que te la vendo. No te muevas chico, ahora vengo."

Me quedé observando al animal, parecía fuerte aunque un poco mayor.

"Esta montura te servira, esta un poco gastada pero por 300 venados es tuya."

Agradecí a aquel hombre por su detalle y ensillé a la yegua.

"¿Tiene nombre?" Pregunté.

"Aquí no le ponemos nombres a los animales. Haz con ella lo que quieras chico." Y dicho esto volvió a la taberna.

Tras asegurarme que estaba bien ensillada me coloqué el zurrón', le acaricié el morro para que cogiera confianza y me subí a su lomo.

Eché a andar varios kilometros a ritmo lento para que se acostumbrara.

"¿Qué nombre te pongo?" Le pregunté a la yegua. Era de color gris con una mancha blanca en la frente. "Creo que te llamaré Leyenda."

Leyenda me gustaba, a partir de ahora sería mía.

"Espero que nos llevemos bien." Si alguien me viera hablar con ella...pensarían que estoy loco.

Continuamos durante un largo rato hasta que vi un pequeño lago donde paramos a descansar. Leyenda se acercó a beber agua y yo saqué de mi zurrón un trozo de queso y  un poco de pan. Pensaba en que haría una vez que llegara a Desembarco.

Dejé atada al animal un momento a un árbol, tenía que ir a mear y no quería que me la robaran o que se escapara, aunque por allí no había ni rastro de civilización.

Juego de Tronos (Fan Fic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora