Oye Mi Rugido

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Capítulo I

Las lluvias de Castemere

Roca Casterly, año 270.

Caminaba con una bolsa en la mano izquierda mientras agarraba el pomo de su espada con la otra mano y caminaba con paso decidido por los pasillos del castillo hasta detenerse junto a una puerta. Tywin llamó tres veces seguidas y luego dos, ese era su pequeño saludo para que los niños supieran que se trataba de él.

Hacía calor aquella noche, pero el ambiente estaba tranquilo. Joanna, su mujer, estaba en reposo, su embarazo estaba muy avanzado y el maestre le había recomendado no moverse mucho para no perjudicar al tercer hijo que esperaba. Sin duda había elegido a una mujer bella y fuerte que muchos hombres desearían tener a su lado. La puerta se abrió y un chico de cabellos dorados y ojos azules salió a su encuentro.

"Padre." Dijo con una enorme sonrisa mientras lo abrazaba. Éste respondió con una sincera sonrisa y una caricia en la cabeza del joven Jaime. Detrás de él su hermana Cersei esperaba impaciente la llegada de su padre que había venido desde Desembarco para ver cómo estaba su familia.

Tywin traía unos pequeños obsequios para que sus hijos tuvieran un recuerdo de él mientras ejercía como mano del Rey en Desembarco, bastante lejos de Roca Casterly. Cerró la puerta tras ellos y depositó la bolsa en una mesa. Luego se sentó en la cama y sonrió. Entonces Cersei dejó a un lado sus juguetes y se acercó a él sentándose en sus rodillas.

"Padre, contadme una vez más cómo acabasteis con la Casa Reyne." Pidió la mayor de los mellizos con el rostro serio mientras esperaba que su padre le contara esa historia que tanto le gustaba oír.

"Yo también quiero oírla otra vez." Dijo Jaime desde el suelo donde revisaba los regalos que su padre había traído para ellos.

A Tywin no le gustaba alardear del pasado, pero lo haría una vez más, por sus hijos, así que comenzó a narrar la, más bien trágica, historia de la Casa Reyne.

"La Casa Reyne de Castemere era una de nuestras casas vasallas. ¿Habéis estudiado ya que significa ser un vasallo?" Preguntó el padre de los niños. Éstos asintieron. "Bien, pues esta casa era nuestra vasalla. Por aquel entonces vuestro abuelo Tytos era el señor de la Casa Lannister, nuestra casa, pero no era un buen señor."

Miró a los ojos de Cersei directamente mientras la niña mantenía el semblante serio y asentía con seguridad con la cabeza, Jaime por el contrario, parecía un poco distraído de la historia que estaba contando su padre, éste prosiguió.

"Un buen señor ha de gobernar con mano de hierro y vuestro abuelo era muy débil en ese aspecto y la Casa Reyne se rebeló contra él."

"¿Y entonces vos derrotasteis a su casa, ¿verdad padre?" Preguntó la joven Lannister, deseosa de escuchar las hazañas de su padre que tantas veces había oído.

"Y entonces decidí ser yo quien tomara cartas en el asunto, pues no debía permitir que el apellido Lannister quedara manchado de por vida. Llegué con nuestros hombres a Castamere y desafié a su señor."

"Ahí fue cuando se rieron de vos, ¿a que sí padre?" Dijo Jaime quien había levantado la vista de los regalos y miraba con neutralidad a su padre que aún sostenía sobre sus rodillas a su hermana mayor.

"No se rieron de padre." Replicó Cersei sacándole la lengua a su hermano en señal de burla. "¿Verdad que no?" Dijo volviendo la mirada a su progenitor.

Tywin ladeó la cabeza y miró al frente frunciendo el ceño, lo cierto es que si se rieron de él cuando llegó con sus hombres, se habían metido con su juventud y se burlaron de él.

Juego de Tronos (Fan Fic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora