Ideas descabelladas

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Tensa, era precisamente la situación que estábamos viviendo los cinco en este momento. Natanael tenía una cara de pocos amigos y Alya se había puesto a platicar con su amiga mientras Nino y yo nos quedábamos rezagados en parte de su conversación.

Al pelirrojo no le había caído en gracia saber que Marinette no estaría en una cita con él esta tarde.

Ja, tú eres tan ingenuo tomate, pero debemos ser honestos, por un momento dudamos.

Debía de darle la razón a mi voz interior, el hecho de saber que si estaban en una cita había causado un malestar en todo mi ser, pero en cuanto Alya explicó la salida grupal sentí como la suerte regresaba para colocarse de mi lado.

Como nos dimos cuenta que los asientos estaban en diferentes filas, fuimos a taquillas para ver la posibilidad de un cambio en donde todos los lugares quedaran en la misma fila. Natanael parecía tener esperanzas de que no se hiciera el cambio, pero en cuanto Nino ofreció la entrada extra que teníamos, no hubo mayor problema para obtener 5 asientos juntos. Uno al lado del otro. Estaba seguro que el pelirrojo estaba echando humo por las orejas.

Pero él no era mi problema, y si quería enojarse y que Marinette viera su peor faceta, mejor para mí. Fue una batalla cuando nos tocó ver los paquetes que había en la dulcería del cine, Nino no tuvo ningún inconveniente en jalar a Alya y entre los dos comprar el paquete dulce Valentin: dos refrescos y palomitas extra grandes, dos hogs y snacks para ambas personas. Mi amigo uso el pretexto que sería más barato comprar todo así, en comparación con cada quien por separado. Alya no protestó cuando vio que el paquete incluía una orden de nachos con queso.

Natanael quiso hacer lo mismo con mi Marinette, sin embargo, ella rechazó la oferta, alegando que era demasiada comida para ella y no creía poder. Yo vi mi oportunidad y le ofrecí comprar otro paquete, también era para parejas, pero la diferencia de los productos que ofrecía permitía que ella no rechazara mi oferta. Se me quedó mirando, completamente asombrada y tan muda, que fue suficiente para que el entrometido hablara y echara las cosas a perder.

Al final nos decidimos por un paquete de amigos, que se componía de tres refrescos, unas palomitas grandes, dos snacks y un postre de elección libre. Al menos estuvimos de acuerdo en que fuera Marinette quien se quedara con este. Pidió un helado napolitano bañado en jarabe de chocolate y caramelo.

Como tenía que comprar las palomitas de Plagg, me espere a que pagáramos y volví a pedir una bolsa pequeña de palomitas con extra queso y de paso me compre un helado de cookies and creme, después de todo, raras veces me daba el lujo de comer tanto dulce en un solo día, y creo que podía abusar un poco de mi suerte ahora que mi amuleto encantado estaba a mi lado.

-si ibas a comprar más cosas, debiste haber dejado que Marinette y yo nos compráramos un paquete para dos personas- siseo Natanael cuando vio los dulces en mis manos. Hice de oídos sordos y camine hacia donde Nino y Alya ya se habían acomodado, una mesa para seis personas, Marinette me siguió de cerca, dejando al pelirrojo malhumorado y caminado con pasos demasiado ruidosos para mi gusto.

Debido a un pequeño retraso por problemas de proyección, decidimos esperar un poco en una de las mesas de la dulcería, Nino sentado al lado de la morena, tratando de robarle algunos nachos y yo enfrente de ellos. Marinette vio la interacción entre nuestros amigos y decidió no hacer mal trio, por lo que, tímidamente, se sentó al lado mío. La escena pudo ser perfecta si no hubiera sido por Natanael que ocupó el lugar al otro lado de mi lady, dejándola atrapada entre nosotros.

Menudo problema de espacio personal tiene este chico, ¿Por qué no viene Chat noir y le enseña lo bella que es la vista de París desde la punta de la torre Eiffel? Estamos de acuerdo que muy pocos en esta mesa le extrañarían.

diario de un gato pervertidoWhere stories live. Discover now