Errores y oportunidades

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El coche se detuvo en una intersección, como en otras ocasiones, solo estábamos mi chófer y yo, bueno, sin contar a Plagg y a la voz de mi cabeza. Íbamos rumbo a un potencial catástrofe pues el plan que se me ocurrió en mi poco tiempo había fracaso completamente.  

Ni siquiera tuve la consideración de  explicar completamente el plan a mi kwami, sino que apenas entre a la habitación, cerré la puerta con llave y me transforme en Chat Noir. Mi voz interna, por supuesto tuvo que intervenir.

¿Acaso crees lograr algo con eso? Tu padre quiere a la chica en la sesión, y todo lo que el quiere lo consigue no importa qué.

Sabía eso de antemano, pero podía pensar en otra forma para retrasar aquel encuentro. Como siempre la voz en mi cabeza había tenido razón. A pesar de que sabotee la red eléctrica de mi casa con mi Cataclismo y pude robar y esconder con éxito el celular de mi padre y de Natalie, eso no fue impedimento alguno para que está última se contactará directamente con Marinette y le hiciera la invitación, asegurándose que entendiera lo importante que podía ser esta oportunidad para ella. 

Mi segundo plan, todavía peor que el primero, había sido fingir intoxicación por comer algo en mal estado, por supuesto,no tuve siquiera la oportunidad de que esta idea fuera creíble para la asistente de mi padre, que de inmediato llamó al doctor privado para hacer una consulta de emergencia.

Obviamente nada de lo que dije o hice me salvo de mi inminente destino, y ahora me encontraba rumbo al estudio pensando en como tenía que comportarme y reaccionar con ella. El semáforo cambio de color y el automóvil siguió su trayecto. Deje que mi vista se perdiera entre las casas que pasábamos de largo mientras pensaba.

Aunque una parte de mi en realidad deseaba pasar todo el día con ella, la otra me decía que hoy resultaba ser el día menos indicado para ello. Mi cabeza era una serie de contradicciones, pensamientos buenos y malos se arremolinaban y me hacían querer cosas completamente opuestas. Pensar en estar lejos de ellas cuando hacía apenas unas horas había invadido completamente su privacidad, ocupando su aturdimiento por causa del sueño para colarme en su mente, saber que pensaba de mí. Era de lo peor. No sabía como debía comportarme sin parecer sospechoso. 

Sabes bien que debemos hacer: actuar natural. Quizás una charla casual de la salida de ayer, una o dos preguntas sobre que le pareció la película, pero nada sobre la noche, sobre el sueño, porque a lo que nosotros concierne, no sabemos que ella sueña a menudo con nosotros, ni tampoco que fuimos nosotros los que le prometimos ir cada vez que quisiera, aunque técnicamente será cuando nosotros queramos.  

Bufé fuertemente, fastidiado con mis conflictos internos y aunque el chófer miró por el retrovisor al no entender el porque de mi estado de animo decidió ignorar el sonido y seguir el trayecto. Sabía mejor que nadie que no podía hablar, mencionar o siquiera sugerir algo de lo que paso en la noche. No si quería tener una oportunidad con ella y no ir directo a una institución mental junto con una orden de restricción. 

Y sigues con tu dramatismo, no eres el único que comete locuras por amor, y si crees que eso fue algo drástico, solo piensa lo que le paso a Romeo o como se inició la guerra de Troya, ahora deja de sentirte especial y culpable por ello. Gracias a una suerte del destino tienes poderes que te permiten romper más las reglas que el chico promedio, pero eso lo haría cualquier adolescente enamorado, como poco sentido común y  demasiadas hormonas en el sistema. 

Aunque no creía que fuera posible, en este momento tenía ganas de golpearme a mi mismo por pensar idioteces tan grandes con tan poco esfuerzo y tener la capaz de darle sentido. 

¡Hey! solo recuerda que yo soy parte de ti. Así que no puedes hacer nada en tu contra. 

Claro que podía, ignorando completamente las ideas y todo lo que esa loca voz me dijera, incluso podía ver la posibilidad de tomar alguna terapia que me ayudará a ignorar e incluso desaparecer esa voz que cada vez resultaba más molesta. 

diario de un gato pervertidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora