Capítulo 1: Bad Luck and A Miracle

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  • Dedicado a Mi papá: Jerry
                                    

                  Cuando eres pequeño te enseñan que a las personas buenas les pasan cosas buenas; así tú vas por la vida haciendo buenas obras, sin saber que realmente, las cosas malas le pasan a cualquiera, se llama mala suerte. Y  cuando las cosas malas pasan, las buenas se llaman milagros, en ese momento cuando las cosas están desastrosamente mal es cuando debes preguntarte si tú aún puedes creer en los milagros, en ese momento cuando tu fe está rota.

                  —Sáquenla con cuidado— escuché una voz que era más parecida a un eco.

                  ¿Dónde estaba? Abrí mis ojos pero sólo había manchas borrosas de rostros desconocidos y mucho ruido. Un ruido que iba creciendo conforme intentaba moverme para ver a mí alrededor.

                  —Señorita, no se mueva. Señorita…— sentí dos manos presionando mis hombros contra algo duro para luego mantenerme inmóvil.

                  — ¿Dónde estoy?— encontré mi voz en un segundo de desesperación por levantarme— ¿Qué paso? — pero fue imposible desatarme.

                  Una mancha blanca, qué antes había sido un auto estaba de cabeza vidrios por todos lados y la muchedumbre alrededor tratando de averiguar qué paso, al igual que yo.

                  —Tranquila, usted acaba de tener un accidente, la estamos trasladando hacía un hospital, justo ahora…— cuando me di cuenta unas puertas se cerraron, supongo que ahora estaba dentro de la ambulancia, ésta prendió sus sirenas y avanzamos con gran rapidez por las calles.

                  No sentía mucho, la verdad, pero estaba cansada como si mi cuerpo se hubiera adormecido después de un largo día de trabajo. ¡Mi trabajo! Ya estaba recordando, salí de casa y tome un taxi para ir al trabajo.

                  — ¿Qué hora es?— pregunté buscando con la mirada un reloj.

                  —Nueve y media— dijo una chica rubia mientras me tomaba la presión.

                  —Tengo que irme…— comencé a levantarme olvidando por completo que estaba amarrada a la camilla.

                  —No puede irse, primero tenemos que asegurarnos que no se rompió la columna o se fracturo el cráneo— dijo ella revisando mis ojos con una pequeña lamparita, yo parpadee un poco y luego seguí la luz de un lado al otro.

                  —Estoy bien, ¿lo ve?, ahora tengo que ir a mi trabajo— estúpidamente trate de levantarme de nuevo pero un dolor me recorrió la espalda, gruñí por el dolor— de acuerdo, tal vez sí necesito ir al hospital.

                  El camino estuvo lleno de ruido y movimiento, cuando por fin llegamos al hospital de nuevo sentí ese maldito dolor, pero ésta vez no era mi espalda era en un costado. Me quejé y ellos me movieron con más cuidado.

                  — ¿Dónde le duele?— preguntó la rubia mientras me llevaban por el pasillo.

Before I DieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora