Capítulo 5: Telling Lies

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Mentirle a las personas para evitarles el dolor que pueda provocar la verdad, no es malo, porque quieres protegerlas. Pero también, grandes o pequeñas, mentiras son mentiras. Así que, aún cuando quieres hacer el bien, estás haciendo un mal. Son nuestros secretos; es nuestra vida y… nosotros decidimos a en quién confiar, pero hay una regla no escrita, tú siempre debes confiar en tus seres queridos.

La mire dormida en el sillón, ella estaba en paz y tranquila no podría quitarle eso. Aún cuando ella estaba dormida en su mente seguía pensando en como íbamos a pagar las cuenta y lo que ella tendría que hacer una vez que se despertara. Yo sólo desearía que ella se pudiera quedar ahí por siempre, dormida, en su propio mundo. Así no tendría que decirle lo que está pasando.

Cuando entré a mi habitación mi teléfono sonó. Me acosté en la cama y conteste.

— ¿Diga?

— ¿Qué diablos pasó contigo? — la voz de Giselle sonó aguda, como cuando estaba realmente molesta por algo.

—Nada…— me sentía como una niña de kinder siendo regañada, casi siempre me sentía de esa manera, tal vez, porque yo era como una niña de Kinder.

— ¿Nada? Le gritaste al gerente, renunciaste y luego saliste de ahí toda hecha una fiera— recapitulo y yo puso los ojos en blanco—, tu no eres así, ¿qué paso?

Suspire. No podía contraríe nada a ella tampoco, porque en realidad no podía contarle lo que me estaba pasando a nadie. Primero ellos entrarían en la etapa de negación, luego viene la frustración, la tristeza, la nostalgia, las miradas con pena, el apoyo sentimental y… al final: ¿resignación? Definitivamente Giselle no se resignaría, tampoco mi madre lo haría y aunque yo ya lo hice aún despierto por la mañana sin poder creer que estoy muriendo.

—Yo sólo estaba tan cansada y estresada y… molesta. — no era todo una mentira, sí lo estaba.

—Bueno, la verdad es que lo hiciste a tiempo; hubo una fusión en las empresas hoteleras, y nuestro hotel se unió a otra compañía que no puedo recordar en estos momentos, así que, están despidiendo a mucha gente, por suerte yo me salve— dijo lo último, orgullosa de si misma y su buena suerte — así que… ¿Qué vas a hacer ahora? — su tono de voz cambió a algo diferente, podía imaginarla toda seria y callada mientras preguntaba.

—Iré de vacaciones… dos semanas, a la playa o algún lugar. No he ido a la playa desde… hace mucho tiempo— Giselle rió al otro lado del teléfono. Nosotras éramos amigas desde que yo pegue goma de mascar en su cabello, estábamos en la primaria, luego nos hicimos inseparables. Raro e irónico pero; bastante emotivo.

—Eso me parece maravilloso, yo no he tenido vacaciones, tampoco— escuché a alguien llamándola a lo lejos. — Tengo que irme, prométeme que encontraras a un chico guapo y dormirás con él todas las noches…

Me paralicé.

— ¿Qué?

—Sólo bromeaba, pero al menos podrías intentar encontrar a alguien agradable y no pasar tus vacaciones tu sola… ¡adiós, solterona! — colgó riendo.

Mire el teléfono con una sonrisa. Camine hacía mi laptop y me senté frente a ella, no podría pensar en algún lugar pero debía ser lejano; lo suficiente para poder aclarar mi mente y sentirme mejor. Quería fingir que era otra persona al menos durante dos semanas, fingir estar sana y fingir ser feliz. Tal vez, eso ayudaría.

Los cabos. Escribí en Google. Apareció casi inmediatamente, “One & Five, hotel. Precios, habitaciones, hoteles, paseos turísticos, servicios, contáctenos…”

Era un lugar lejano y tenía playas, así que, era perfecto. Después de haber estado casi media hora haciendo preparaciones y buscando un boleto de avión que fuera en clase media baje las escaleras para encontrar a mi madre en la cocina, lavando los trastos de la comida.

—Yo lo hago…— la moví a un lado y comencé a lavar los platos.

—Gracias— se sentó en la mesa a tejer —así que, ¿a dónde vas a ir de vacaciones?

Ella estaba interesada, pero intento decirlo como si no lo estuviera. Sabía que ella quería ir conmigo, pero supongo que tenía sus razones para querer que yo fuera sola. Tal vez, ¿creí que si iba ella yo no conocería a ningún chico? Ella me dio la escusa del nuevo pedido de ropa pero, yo estaba poniendo excusas falsas que sonaban como la pura verdad, también. ¿Cómo saber si mi madre me estaba mintiendo?

—Los cabos…— ella rió. Voltee a mirarla y fruncí el ceño.

—Tu padre y yo fuimos ahí por nuestra luna de miel— sonrió inconscientemente, ella seguía tejiendo.

— ¿Ah, enserio?

—En realidad, ahí fue dónde nos conocimos. Yo estaba viajando en crucero y tu padre también, pero no nos vimos o hablamos hasta estar en Los Cabos, estuvimos punto de perder el barco…— rió de nuevo— fue tan gracioso y extraño… espero que conozcas a alguien allí, puede ser un lugar muy mágico y hermoso— fui hacía ella y la abracé por la espalda. Bese su mejilla.

— Gracias mamá. — murmuré antes de sentir que estaba punto de llorar y regresar a lavar los trastos para ocultar mis lagrimas, probablemente yo jamás encontraría a alguien que estuviera dispuesto a pasar por todo este dolor conmigo. Si yo no podía soportarlo nadie más lo haría.

Before I DieWhere stories live. Discover now