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Bridgette no reparó en que pisar a las calabazas podría significar prácticamente matar a un estudiante, nadie lo pensó así. Por suerte para ellos, ninguno de ellos volvió a la normalidad con el cuerpo roto o algo así, y eso la alegró mucho luego de sobre pensar las cosas. Ahora, Bridgette suspiraba mirando a Adrien y Marinette mientras se tomaban fotos para el blog de la escuela con sus coronas. Deseaba tanto estar en su lugar con Félix al lado.

—Bridgette, esa canción fue perfecta —dijo Alya, mientras le enseñaba el vídeo que había grabado.

—Eso espero, la compuse hace unos días, no pensé que estuviera lista pero parecía ser lo correcto que la cantara —dijo Bridgette.

—Te lo juro, si Marinette prestó atención a la letra de seguro pensó que habrás leído su diario, o su mente —rió Alya—. Va a flipar cuando vea el vídeo.

Los vídeos —corrigió Bridgette—. Definitivamente fueron el centro de atención.

—¡Chloé incluso se marchó!

—¿No crees que fue demasiado para ella?

—Pienso que debemos agradecerle, quizás Adrien no hubiese tenido el valor de acercarse a Marinette de no ser por eso.

—¿Eh?

—Nino me dijo que Adrien tenía miedo de acercarse a Marinette. Aunque no lo admitió se notaba. ¿Puedes creerlo?

—¡Los shippeo! ¡Juro que lo hago! ¡Adrien x Marinette!

—¡BRIDGETTE!

Bridgette lanzó una carcajada.

—Creo que es mejor que, en vez de amar historias de amor, consigas la tuya. —Alya señaló a alguien con el mentón.

Bridgette no necesitó que le dijera a quién. Ella sabía que Félix se había pasado casi toda la noche allí sentado, con cara de incomodidad, sujetándose el puente entre los ojos como si tuviese dolor de cabeza. Las chicas lo miraban con ojos brillantes, pero ninguna se le acercaba. Sabía que de mencionarlo, Alya probablemente diría que se debía a su cara de perro rabioso.

—Tienes razón —sonrió Bridgette, ahorrándose el comentario. Fue acercándose al mayor de los Agreste. Ella era de las que creía que si lo querías, no tenía que esperar a que algo pasara o esperar a que él diera el primer paso.

Si Marinette fuese de esa manera sería un éxito, pensó Alya, mientras veía que su amiga avanzaba con paso decidido.

Bridgette se sentó justo en frente de Félix y prestó atención a sus facciones. Era hermoso, eso no lo podía discutir nadie, pero... Ella podría estar ocupada y deleitándose mirando su suave tez, su cabello rubio perfectamente peinado, sus labios o su nariz perfilada, sin embargo, se preocupaba tratando de analizar qué le pasaba.

—¿Te duele la cabeza? —preguntó, y Félix abrió los ojos con brusquedad.

¿Qué demonios...? ¿Cuándo había llegada ella allí? ¿Por qué lo miraba de esa manera? ¿Por qué le molestaba tanto que lo mirara así?

—Un poco —respondió él, volteando el rostro hacia la mesa para no verla—. Uno de esos esqueletos me golpeó en la cabeza.

—Creo que sería bueno revisarte —dijo ella, frunciendo el ceño.

Algo en él hizo click cuando la vio hacer eso, lo que hizo que se enojara más.

—Estaré bien... Ah...

—Bridgette.

Maldita sea, pensó Félix, hasta los nombres de ambas se parecen.

—Sí. Bridgette, claro. Estaré bien. Sólo...

¿Quién es Ladybug? [#1]Where stories live. Discover now