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Marinette se había acostumbrado a dibujarle pequeñas mariquitas a Alya en el dorso de la mano y en el antebrazo. Eran asimétricas  y del color del primer bolígrafo que encontraran sus manos. Normalmente lo hacía para calmar a Alya cuando algo le preocupaba (usualmente debido al Ladyblog), pero en esta ocasión lo hacía para relajarse a sí misma. Alya lo notó. ¿Cómo no hacerlo? Era su mejor amiga.

—Marinette... ¿Qué sucede?

Marinette no respondió, ensimismada dibujándole otra mariquita en la mano. Tenía demasiadas cosas en las que pensar. Había besado a Chat Noir, alguien llamado Evillustrador parecía estar enamorado de ella, según las teorías de Alya y Nino, y era el último día de clases, ¡no volvería a ver a Adrien hasta después de las fiestas! Aunque él, de nuevo, estaba distante, sumido en sus pensamientos. Marinette estuvo tentada en preguntarte en más de una ocasión pero no lo hizo. Adrien era modelo y tomaba clases extra, era normal que estuviese así, ¿no? A él no podría pasarle las mismas torpezas que a ella.

—¿Es acerca del mural que se parece a ti? —preguntó Alya.

—¿Uh? Sí —dijo Marinette, aunque lo que mayormente ocupaba su mente era Chat Noir.

No sabía si él lo había notado, pero a Ladybug le costaba un poco verlo a los ojos. Fue un golpe de suerte que él no se hubiese recordado de ese beso. Sin embargo, ella no era él y definitivamente lo recordaba.

—Descuida, descubriremos quién es.

—Alya, Marinette —las llamó la maestra Bustier—. ¿Algo que quieran compartir con la clase?

—N-no, madame —tartamudeó Marinette.

—Puesto que su conversación parece ser más interesante que la clase, me veo obligada a cambiarlas de lugar. Ya les he llamado la atención demasiadas veces.

—¡Pero, madame Bustier! —casi gritó Alya—. Ya mañana salimos por las fiestas.

Chloé se rió. Era justo lo que se merecían.

—Alya, lo más prudente es que no respondas, ya que has hablado tanto. Marinette, cambia de lugar con Nino.

La sonrisa se le borró del rostro a Chloé y se asomó para ver el de Alya. Marinette en cambio se estremeció, y ruborizada hizo lo que la maestra Bustier le ordenó.

Adrien la miró de reojo al sentarse. Ella le dedicó una sonrisa que decía "lo siento", pero a él no le importaba tener que sentarse con ella. Era algo bueno para que Nino pasara tiempo con Alya. De todos modos, no era que Adrien estuviese pensando mucho en eso, seguía pensando en el beso que no recordaba. Ladybug actuaba como siempre, bueno... parecía querer evadirlo. Era como si el poco proceso que había logrado como Chat Noir hubiese sido borrado, justo como el recuerdo de ese beso. Algo que no debió pasar, algo que era poco memorable o embarazoso. Y para rematar el revoltijo en su estómago no soportó ver el mural de la mañana, también casi avergonzado, o quizás algo peor, de que alguien más pudiera ver a Marinette como él la había visto el día anterior.

Pero... se percató de que algo andaba mal con Marinette. Parecía distante, como si la viese a través de la niebla. ¿Qué pasaba? Él no había hecho nada, o al menos eso creía. Había resuelto las cosas con ella, pero... No supo disimularlo, la extraña sensación que tuvo al ver que Marinette era la inspiración de alguien más. Fue ¿enojo? ¿Incomodidad? No lo supo, pero fue suficiente para que olvidara sus problemas con Ladybug y se centrara en Marinette por unos instantes. No podía resolver las cosas en ese momento con Ladybug, pero su amiga estaba ahí y a ella sí podía ayudarla.

Chloé, que miraba a Adrien, se dio cuenta de cómo su Adrikins miraba a Dupain-Cheng y apretó la mandíbula. Arriba de ellos, Nino chocaba los puños debajo de la mesa con Alya mientras veía que su rubio amigo ya no miraba al frente, sino a quien estaba sentada a su lado. Sin embargo, Alya frunció el ceño al ver que Marinette seguía ensimismada en Dios sabrá qué y no se daba cuenta de cómo Adrien la miraba.

¿Quién es Ladybug? [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora