Abre tus ojos

Día 8 (parte 1)

Después de un cálido abrazo y mi reconocida necesidad de la presencia de Jeff en mi vida concluí que las cosas estarán terribles cuando el y luke se vallan, pero ¿que pensaba? Algún día esto tenia que pasar y hasta este fin de mes espero no crear más problemas con el, pero si de algo estoy segura es que en cuanto ellos se vallan ya jamás los veré de nuevo... Triste ¿no? Por eso planeo aprovechar cada segundo con Jeff y luke, especialmente con Jeff que siempre me enseña cosas nuevas, puedo aprender del el, ¿yo que puedo decirle que le impresione? Nada, mientras que el es toda una montaña de conocimiento, ternura, paciencia e inteligencia, todo eso combinado con una mata de cabello oscuro y un par de ojos grises además de una altura realmente llamativa y ante todo eso la gran paz que te trasmite, esa tranquilidad que nadie había podido darme me la dio el ¿no? El dice que es Dios, pero yo no he conocido del todo a Dios.
Después de cenar y pasar un rato agradable con los chicos y canela todos subimos a dormir, mentiría si dijera que tengo sueño, para ser verdad estoy más despierta que nunca. Ya en la madrugada como eso de las 11:00 pm decidí hacer algo que no había hecho hace mucho tiempo. Salí con cuidado de no hacer ruido y cerré la puerta trasera después de mi con sumo cuidado ¿has sentido esa adrenalina de escapar y no ser descubierto? Pues yo la caracterizó como una de las mejores, hacia mucho frío pero si regresaba a casa por un suéter el plan se arruinaría, seguí caminado por las calles de el pequeño conjunto de casas hasta llegar al lugar, mi lugar, el lugar que antes compartíamos Sarah y yo, anteriormente estábamos aquí cuando nos sentimos abrumadas, no es un lugar como en los libros donde te describen un paisaje natural o algo escondido, una maravilla, o el casual lugar que es el punto más alto de la ciudad, tampoco es un parque cerca de casa, es mas bien una cafetería casi olvidada la cual estaba abierta las 24 horas pintoresca llena de dibujos y luces de distintos colores cálidos, los asientos de color vino y unos más opacos por el tiempo, el piso de color blanco pulido que también a perdido brillo y algunas figuras abstractas hechas con luces, aroma a café y un asiento especial en la parte trasera, la cafetería estaba dividida en binas individuales, privacidad en su máxima expresión, el último cubículo era el mejor, casi siempre estaba desocupado, era de solo 2 asientos, desde ahí podías ver todo el esplendor del lugar parecido a los 80's y al cerrar la puerta de este tenias como pared un espejo donde podías ver todo hacia fuera pero de afuera a dentro nada era visible lo describiría como mi lugar mágico, y ahí sola solo pedí un café me acomode para poder ver con detenimiento cada parte del lugar, aun no comprendo porque las personas caminan hasta el centro por una cafetería cuando aquí está este lugar, pueden pasar un tiempo agradable consigo mismos.
Este lugar era tan bueno compartirlo con Sarah casi puedo verla frente a mi viendo el menú que ya se sabía de memoria y pedía siempre una malteada de fresa con algún pan, de igual manera verla como observaba a las pocas personas que transitaban esta calle y ellos no podían vernos, han pasado minutos de silencio y es el momento donde ella inicia una conversación, pero no, ahora no sólo hay un silencio que se combina con la calidez de las luces, tu rostro iluminándose en destellos fosforescentes y un suspiro a encierro de tranquilidad, si yo tuviera las posibilidades compraría este lugar para que se mantenga por siempre y así mi lugar especial permanecería junto a los buenos recuerdos con Sarah.
-¿todo bien hija? - tocan a la puerta y se que es la mujer de avanzada edad que es dueña del lugar.
-si todo bien - digo abriendo para que entre.
-hace tiempo que ya no te veía por aquí, el otro día vi a tu madre pero no le hable, realmente lamento lo de tu hermana.
-si, yo también.
-me alegra verte de nuevo después de tanto, tu nuevo corte de cabello me gusta, cuando era joven experimente con muchos estilos.
-no puedo imaginarla así.
-aunque no lo creas fui joven algún día y era tan rebelde como tú.
-¿yo? - pregunte divertida tomando un poco de café.
-si,saliste sin permiso de nuevo de casa.
-si-asentí .
-Bueno pequeña ¿que ha sido de tu vida? - pregunto sentándose en el lugar sobrante.
-han pasado muchas cosas.
-¿Cómo cuales? - pregunto interesada.
-en mi casa están viviendo dos chicos, son cristianos, uno de ellos se llama Jeff y su hermano menor es Luke.
-el menor se llama igual que mi esposo, claro cuando vivía, era tan guapo. - sonrió pesadamente.
-¿que le ayudo a superar su muerte? Yo sigo teniendo el nudo en la garganta cada vez que digo su nombre y todo me recuerda a ella, no la puedo dejar ir.
-en muchos casos intente ir con psicólogos para que me ayudaran a  olvidar a mi esposo, pero nadie sirvió, recuerdo que tu hermana descubrió este lugar un día que estaba predicando y entro a esta cafetería casi olvidada, me dijo que sólo Dios podía darme consuelo y que si seguía su ley yo lograría ser feliz de nuevo.
-¿lo logró ?
-por supuesto que sí, es mi fuerza para levantarme todos los días y atender esta cafetería, para el era un sueño y no lo iba a dejar ir, así estoy con el, pero no le extraño tanto, Dios me ha dado un consuelo y una paz, deberías hacer lo mismo.
-en ocasiones siento que debería, pero algo dentro de mi me impide cuando entro a la iglesia, los recuerdos de todo lo que he hecho y aveces me siento mal por ser de esta manera, pero en ocasiones... En ocasiones me quebranto por no poder ser mejor. - hija, quizá debes buscar ayuda Dios nos llama y hay que obedecer cuando lo hace - no comprendí bien lo que quiso decir y ni lo analice debido a que planteo un nuevo tema.
-¿te gusta la compañía de los chicos?
-si bastante, en especial la de Jeff. - Sonreí por reflejo.
-¿todo esta bien con el?
-si, creo que si, me he encariñado demasiado con el en tan poco tiempo y en ocasiones es frustrante porque suelo cometer errores terribles y el solo me perdona.
-ya es tarde cariño, deberías ir a casa.
-si eso creo, nos vemos luego.
-claro, ya extrañaba que vinieras.
-yo también extrañaba estar aquí.
-adiós - se despidió y salí del lugar a gran lentitud, la madrugada estaba presente y las calles poco transitadas y desoladas era un tanto siniestras, la iluminación muy vana y el frío calaba los huesos, estornude y maldije en voz baja, seguí cambiando con tranquilidad pero me detuve en seco al sentir alguien seguirme, intente calmarme y seguir mi camino, pero la persona detrás de mí avanzaba cada vez con más rapidez a tal punto que comencé a trotar, me estaban persiguiendo y no tenia nada con que defenderme, mi casa no estaba lejos pero por nada del mundo lo guiaría a mi casa, así que doble esquina pero comenzamos a correr mentiría si dijera que no estoy asustada, siento que estoy tan pálida que puedo desaparecer en cualquier momento.
-más vale que te detengas o te mato en este momento. - el escalofrío recorrió mi cuerpo entero. Voltee con lentitud y poder ver a la persona en ese lugar la cual casi no era visible debido a la oscuridad, no podía hablar ni siquiera se como es que sigo en pie, las piernas me tiemblan al notar que trae un arma, lose porque lo escuche cargarla. - ¿no planeas decir algo? - ¿que quería que dijera? Estaba muerta de miedo. - al menos te diré porque quiero matarte,  espero afuera de tu casa por las noches sabiendo que se te ocurrirá escapar y salir .
-matarme? - logre pronunciar en voz casi ahogada.
-¿sera lo único que dirás?
-no comprendo.
-¡por tu culpa mi hermano se suicidó! - por mi ¿Qué?
-¿Qué?
-no te bastó con hacerte pasar por tu Hermana y arruinar las cosas, ¡No! Aparte de eso fuiste la causa por la cual la mataron ¿que se siente cargar con esa imagen en tu mente? Y después de eso has vuelto loco a mi hermano, amenazado con intento de suicidio y el cretino lo siguió, ahora el maldito esta muerto, igual que tú lo estarás.
-yo... No se de que hablas, y no soy culpable que tú hermano sea un tonto y su vida se haya acabado solo por una chica.
-realmente no creo que tengas alma, el tipo estaba enamorado, pero tú no sabes de eso jamás has querido a alguien, ni a tu hermana ni a ti misma.
-tú no me conoces.
-claro que si... Kelly Overlland, se de ti, tu hermana era mi amiga, ella era tan buena, tan delicada y luego estabas tú, todo lo contrario, y por tus mismos actos la mataste a ella y a mi hermano. - las lágrimas no salían en este momento, tan petrificada me encontraba que hasta pude ver mi vida pasar por mis ojos cual película y al final de esta estoy aquí parada frente a un chico lleno de venganza y odio debido a que por mi culpa perdió a dos personas, y si me mataba estaba segura que era tarde para pedir perdón, un boleto V. I. P para el infierno porque ahora se que creo, sino no estaría muriendo de miedo y tenido el grito desgarrador en mi garganta al aceptar un triste final, tal vez si seria justo que muriera en este momento, quizá era lo mejor, en ese momento se acercó a mi, intente retroceder pero mis piernas no reaccionan y esto es tan desesperante.
-mereces morir - dijo dolido, y con grandes razones si es por mi que perdió a su amiga y a su hermano, todo porque fingí ser Sarah y rompí le corazón de un cretino, y ahora que lo pienso no tiene sentido, problemas y como continuar sabiendo que hay dos vidas terminadas por mi interferencia. - al menos di algo para que reconsidere no acabarte.
-si quisieras matarme ya lo hubieras hecho ¿crees que me importa morir? Estoy muerta de por si, y ya no tengo nada ¿como crees que es vivir todos estos días? Cuando ya nada importa y menos morir, si vas a matarme deberías hacerlo ya.
-eres sorprendente, no te mataré, porque se que por dentro estas muriendo por salir corriendo, pero que quede claro, tu jamás lograras ser como sarah, no importa lo que hagas, siempre seras la parte mala y la olvidada, no necesitas que te hundan, tú sola lo harás, no necesitas ayuda - no miento, dolió peor que una bala al corazón.

Salio de ahí y yo solo quede inmóvil en cuanto desapareció camine lentamente por la cuadra y tan mal me sentía que tropecé dándome un gran golpe en la cara, cayendo de sueño, el susto de mi vida, y nuevamente no siento ganas de seguir con vida, no después de recordar lo culpable que soy, y si moría ¿importaría? En estas situaciones es cuando las lágrimas huyen, no salen, por más que lo intente se reusan en salir y así desahogarme, pero todo fue inútil, al entrar a casa note todo en silencio, nadie consiente de lo que había pasado ya de madrugada sin darme cuenta son las 2:05 am la cara me duele tanto ¿que pretexto diré mañana? Me adentré en mi cama y por mas sueño que tuviera no pude dormir, no después de todo hasta que realmente me sentí sola, en esta ocasión Jeff no podría dar consuelo, hundí la cara en la almohada y ahí me quebrante ahogando los sollozos, no era llorar o un llanto eran terribles sollozos que salían de mi para pedir ayuda, sentía el alma quemarse dentro de mi y la terrible culpa de que por causa mía ahora todo esta mal y estoy en un círculo vicioso de sufrimiento y ¿saben una cosa?
Dios no estaba ahí.

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