Capítulo 17 - Paintball

86K 6.2K 4K
                                    

Instagram&Snapchat: LanaDvraux -no me va la cámara del móvil así que últimamente no estoy subiendo adelantos en snap, pero...volveré;)-

Twitter: LanaDeveraux

Canción en multimedia: Say you wont let go — James Arthur


Capítulo diecisiete — Paintball ღ


Si no me preocupara por no ser escuchada, ahora mismo estaría tarareando la canción que he empezado a recordar hace más de quince minutos.

Sigo en mi posición, con los ojos cerrados y la espalda contra la pared mientras que nuestros equipos se eliminan unos a otros. Dejo que el número de cadetes disminuya antes de ponerme a ello. Solo están quitándome trabajo de encima. Porque pienso ganar, eso lo tengo claro desde el momento en el que le he dado al primer jugador.

— ¡Quedan cuatro del equipo uno y siete del dos! —Gritan a través de los altavoces. Avisos que dan cada vez que alguien es eliminado. Y vamos perdiendo. Pero al menos soy una de los cuatro que aún quedan aquí. Y también pienso ser la única.

Bostezo, ignorando los pasos que empiezan a sonar cerca de donde estoy. Son lentos y cuidadosos. No me inmuto. Si es de mi equipo me serviría para que eliminasen al resto del dos y, si es del dos, que se encargue otro. Mantengo esa idea hasta que escucho una voz femenina pronunciar un nombre que conozco demasiado bien.

— Blake —Llama ella en un susurro—. Sé que aún no has perdido.

Con cuidado de no ser vista, me asomo para poder ver a la persona. Un chaleco negro es lo primero que veo, después, pese a la distancia, su cara se me hace conocida. La misma chica a la que tiempo atrás vi en la biblioteca y a la que más de una vez he encontrado hablando con mi compañero está buscándole. Una sonrisa sobre sus finos labios y sus pies haciéndola moverse con diversión por el lugar.

Y, si no me equivoco, es la Amanda que Johnson había mencionado. Misma Amanda con la que Blake parecía querer dar un paso más.

Solo esa idea me hace colocar el arma en el hueco, poniendo un dedo sobre el gatillo mientras espero a que ella se quede inmóvil, siguiéndola a través del visor.

— ¿Qué te parece un uno contra uno?

¿Un uno contra uno? Ella lo ha dicho antes de reír.

Y ahí aprieto el gatillo, la parte del chaleco más cercana a su cuello tiñéndose del tono azul de la bola de pintura con la que le acaba de dar. Sonrío con autosuficiencia antes de volver a mi posición anterior.

Ya no habrá un uno contra uno entre ellos.

No pasa demasiado tiempo hasta que escucho nuevamente la voz por los altavoces avisando de que el equipo dos tenía un miembro menos. Toda una lástima.

Poco después llegan las quejas, comentarios en un volumen tan alto que, antes de volver a asomarme, ya sé que pertenecen a gente que ha sido eliminada. Alcanzo a ver a tres cadetes caminando hacia la salida, uno de ellos con el casco ya quitado, mismo que ahora está lleno de pintura verde. Un miembro de nuestro equipo y dos del contrario también han sido eliminados. Los altavoces no tardan en corroborar aquello que he visto.

Aburrida, vuelvo a tumbarme sobre la tabla, mis manos sobre el arma a través del cual vigilo la zona que alcanzo a ver. Esperando alguna clase de movimiento. Movimiento que todavía tarda unos minutos más en llegar. Y, cuando llega, es con un cabello rubio que ni siquiera el casco que ha terminado por ponerse es capaz de ocultar.

Internado MilitarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora