Capítulo 3: "No tengas miedo"

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Abrió los ojos y sintió su corazón dar un salto en su pecho al darse cuenta de que no se sentía cansada, al menos no tanto como el día anterior. Y luego su corazón se aceleró aún más al darse cuenta de que Aiden seguía a su lado.

Se había quedado dormido y lucía extremadamente tierno así. Amanda se dio cuenta, entonces, de lo cansado que lucía. Incluso durmiendo, seguía luciendo tan cansado como la noche anterior.

Sintió una sensación de tristeza apoderarse de ella. ¿Acaso era por su culpa? ¿Acaso ella era demasiada carga? Ella era la paciente más importante que él tenía. Tenía algunos más, pero de ella estaba pendiente cerca de todo el día.

Quizás él necesitaba descansar. Y por mucho que no quería pensar en ello, quizás necesitaba dejar de cuidar tanto de ella.

Su cuerpo se movió a su lado y sus ojos se encontraron cuando él los abrió. Una sonrisa apareció en sus labios y dejó un beso en su frente.

-Buenos días – dijo – lo siento por quedarme dormido de nuevo – agregó, aún sin ponerse de pie

Amanda sonrió sin poderlo evitar. El cabello de Aiden estaba bastante despeinado, sus mechones marrones claros alzándose aquí y allá en desorden. Él se había estado quedando dormido bastante los pasados días. Antes solía simplemente leerle hasta que se quedaba dormida y luego se iba hasta la mañana siguiente, que la levantaba para servirle el desayuno. Recientemente había estado quedándose dormido en el sillón mientras le leía. Claro que ella no se llegaba a enterar hasta el día siguiente, cuando se despertaba y lo veía ahí, desparramado sobre el sillón.

-Necesitas descansar, Aiden – dijo, dejando que su mejilla se apoyara en su hombro

No se sentía cansada, pero realmente deseaba hacer aquello.

Hubo silencio un momento y luego sintió la barbilla de Aiden apoyarse en su cabeza.

-Feliz cumpleaños, princesa – lo oyó decir y se acordó, entonces, de que era el gran día

Su cumpleaños.

La tomografía.

Los resultados.

De pronto, se sintió demasiado nerviosa.

-Tengo miedo, Aiden – susurró, sin poderlo evitar y sintió los dedos de él tomar su barbilla y obligarla a alzar el rostro hacia él

-No tengas miedo, Amy – le dijo y Amanda solo pudo observar sus hermosos ojos azules verdosos. Nunca sabría de que color eran realmente, sólo sabía que eran perfectos e hipnotizantes – todo va a estar bien – le aseguró. Amanda sintió sus dedos acariciando suavemente la piel pálida de su mejilla y su corazón se aceleró

Entonces se dio cuenta de que Aiden la había distraído de su comentario inicial.

-Necesitas descansar – repitió

Una sonrisa apareció en sus labios.

-No te preocupes por mi – le contestó, aún sin dejar de tocar su rostro – estoy bien – le aseguró

Amanda suspiró. En parte porque no sabía como hacer para que Aiden pudiera descansar y en parte porque no podía evitar hacerlo cuando él estaba tocándola de aquella manera.

-De acuerdo – aceptó, cuando logró formar las palabras en su boca

-¿Te sientes mejor? – le preguntó Aiden, poniéndose de pie y dejándola ir demasiado rápido

Amanda asintió.

-Bastante – dijo, a pesar de que sentía que el cansancio seguía ahí, amenazando con hacerse peor en cualquier momento

Aiden (Mayores 2°)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora