Aiden (Mayores 2°)

Capítulo 38: "Una familia, finalmente feliz"

Aún no podía creerlo. Es decir, ni en sus sueños más locos creyó que iría a la escuela en algún punto de su vida. Había tenido profesores particulares los días que estaba lo suficientemente bien para aprender, por ello, había sido aceptada en una escuela cerca a su casa, para terminar su último año de estudios. Después de todo, cuando había dado el examen, había resultado saber lo suficiente para entrar.

Aunque quizás, había tenido alguna influencia el hecho de que era una Black. De todas formas, quería pensar que no importaba mucho, porque podría terminar la escuela, un sueño hecho realidad.

Aquel era su primer día. Y estaba un tanto nerviosa cuando ingresó por las puertas, pero intentó tranquilizarse porque, había pasado por cosas mucho más difíciles durante toda su vida y la escuela nunca iba a ser más difícil.

Una gran cantidad de ojos se dirigieron a ella cuando ingresó a los pasillos y no pudo evitar pensar que era por el hecho de que era una Black. Sam había tenido razón. Eran los Black, estaban destinados a ser el centro de atención por el resto de sus vidas, pero no valía la pena darle importancia. Además, sólo por eso no iban a dejar de hacer las cosas que ellos quisieran.

Caminó tranquilamente por los pasillos hasta que llegó a la dirección y se acercó al escritorio de la secretaria.

La señorita Jacobs, aparentemente.

-¿Disculpe? –preguntó, cuando esta no alzó la vista hacia ella

-¿Qué? –preguntó la secretaria, alzando el rostro, con una expresión de aburrimiento, pero sus ojos se abrieron como platos detrás de sus lentes en cuanto vio que se trataba de ella-. Señorita Black, discúlpeme por favor –le pidió, de inmediato y se puso de pie para tenderle la mano-. Imagino que viene por su horario –murmuró, luciendo avergonzada. Amanda observó como volvía a tomar asiento y miraba entre sus papeles nerviosamente-. ¡Aquí está! –exclamó, de pronto y le tendió una hoja-. Espero que no tenga ningún inconveniente encontrando sus salones, pero le aseguro que cualquiera de nuestros estudiantes la ayudaría si es que lo necesita –le aseguró, entrelazando los dedos de sus manos y dejándolas caer sobre su escritorio-. Si necesita alguna cosa más, no dude en buscarme –agregó.

Amanda le mostró una sonrisa.

-Lo haré –le aseguró-. Pero usted necesita tratar mejor a los estudiantes. No solo a mí porque soy Amanda Black –agregó, antes de darse media vuelta y salir de ahí.

Sintió una sonrisa formándose en sus labios cuando obtuvo un pequeño vistazo de la expresión horrorizada de la señorita Jacobs. Esperaba que realmente cambiara su forma de tratar a los estudiantes. Porque, con su primer "¿qué?", Amanda supo que era una de esas secretarias malas que amaban asustar a los estudiantes.

Observó su horario y suspiró. No estaba segura de cómo iba a hacer para ubicarse, pero tendría que hacerlo, o al menos conseguir a alguien que la ayudara a hacerlo. Entonces, de un momento a otro, se estrelló contra alguien y se tambaleó, pero nunca llegó a caer al suelo, porque logró estabilizarse.

Se había estrellado con una chica y esta la estaba observando con los ojos abiertos de par en par.

-¡Lo siento mucho! –exclamó, cogiéndola por los hombros-. En verdad, no fue mi intención. No te vi ahí. Si hubiera sabido que estabas ahí me habría hecho a un lado. Yo... -comenzó, pero Amanda la detuvo antes de que continuara hablando sin parar.

La pobre lucía excesivamente nerviosa.

-Está bien –le aseguró-. Ha sido mi culpa –agregó, mostrándole una sonrisa.

La chica pareció sorprendida un momento y bajó la vista, luciendo asustada, de pronto.

-Lo siento –repitió, a pesar de que Amanda ya había dejado en claro que no era su culpa.