Aiden (Mayores 2°)

Capítulo 26: "¿El amor es trivial?"

¿Qué les pareció la respuesta de Asher a Sam? ¿Sorprendidos? Ya sabrán más detalles sobre eso en este capítulo, pero lo intenso y más importante lo sabrán cuando publique el capítulo del momento en Sam. Aunque, para eso aún falta un tanto bastante. Así que, paciencia por ahora y centrémonos en nuestra pareja del momento.

¿Aidanda?

¿Amaden?

Oks, soy mala para los ships.

¿Ustedes que sugieren?

Ahora, luego de sus sugerencias :3 ¡pasemos al capítulo!

.-.-.-.-.

Asher estaba sonriendo ampliamente.

-Dejando a la gente sin palabras desde tiempos inmemorables – comentó, más para sí que para Amanda y Sam – impresionante e insuperable – agregó y se giró hacia Amanda, le sonrió y se inclinó para dejar un rapido beso en su frente – supongo que esa es mi señal para irme, vendré a visitarte alguno de estos días – se despidió

Amanda asintió y le sonrió también, intentando no reírse demasiado con sus palabras. Entonces, observó atentamente como se acercaba hacia Sam y, antes de pasar completamente por su lado, se inclinó y susurró algo en su oído.

Amanda vio, con asombro, como las mejillas de su hermano rápidamente se tornaban rojas. Entonces, Asher continuó con su camino, sin inmutarse siquiera.

-Espera – lo detuvo Amanda, antes de que lograra salir por la puerta. Asher se giró hacia ella y la miró con curiosidad - ¿Cómo exactamente te dejaron pasar? – preguntó, después de todo, luego de la escena que había hecho cuando Amanda despertó, no parecía que lo dejarían regresar pronto

Asher sonrió malévolamente y se llevó un dedo a los labios.

-Secreto – susurró y desapareció sin más

Dejando a Amanda riéndose suavemente y sacudiendo la cabeza. Hasta que, pasado un momento, recordó la presencia de su hermano en la habitación. Rapidamente centró su atención en él, con curiosidad.

-Parece que tienes mucho que contarme – le dijo, indicándole con la mano que se acercara a la camilla

Se recostó nuevamente, comenzando a sentir el cansancio con mayor fuerza. No le gustó, pero hizo como si no estuviera ahí y continuó centrada en Sam, que había hecho su camino hacia la camilla y había tomado asiento en el borde.

-La verdad es que sí – aceptó, alzando los ojos al techo y soltando una carcajada sin humor – diablos, yo no soy así. Yo me preocupo por las notas, por estudiar, por hacer felices a mamá y a papá – comenzó, aunque parecía que no se daba cuenta de lo que estaba diciendo – yo no me preocupo por cosas tan malditamente triviales como el amor. Yo... - comenzó a decir, pero se detuvo, sus celestes ojos encontrándose con los de Amanda finalmente

Ella lo observó, tranquilamente, a pesar de que él lucía ligeramente atemorizado con todo lo que acababa de confesar, aparentemente sin darse cuenta.

-¿El amor es trivial? – preguntó, a pesar de que aquello no era lo importante en ese momento

Sam arrugó las cejas, confusión llenando sus facciones. Y algo más, que Amanda nuevamente no supo identificar. Su hermano se pasó las manos por su desordenado cabello negro. Ella se dio cuenta de que lucía un tanto más largo de lo normal, lo cual indicaba que Sam realmente se estaba descuidando un tanto. Despues de todo, él siempre había sido el chico ordenado, centrado y cuadriculado. Nunca dejando algun detalle pasar. Nunca haciendo las cosas mal. Su cabello siempre había estado en perfecto estado y ahora se lo había dejado un tanto más largo.