Aiden (Mayores 2°)

Capítulo 34: "Era real"

Ya habían pasado varios días desde que había terminado las quimioterapias. Y al día siguiente sería su tomografía. Se sentía nerviosa de nuevo. Y temía lo que sucedería. Pero tenía que pasar por ello. Después, finalmente se acabaría todo. Sólo le quedaba pasar por eso. Nada más.

Eso se repetía cada vez que comenzaba a ponerse nerviosa de nuevo. Pero ya no le estaba resultando tanto.

Suspiró. Se había comenzado a acostumbrar a vivir en su casa de nuevo. Aunque, a veces, se quedaba confundida cuando se levantaba y se daba cuenta de que no estaba en su habitación en la clínica.

Sloan le había mandado una especie de dieta para no comiera cosas que no debía y que podía afectar a su tratamiento de alguna manera. Así que no había subido absolutamente nada de peso. Se sentía tan delgada como siempre. No soportaba ni mirarse al espejo, porque veía su cabeza sin cabello y sus pómulos sobresalidos a causa de su bajo peso. Y aquello la enfermaba aún más.

De muchas formas, era mejor estar en casa. Pero también había muchas otras que la hacían pensar que era mejor estar en la clínica.

Sus padres estaban trabajando, como siempre, después de todo, era miércoles. Un día cualquiera para ella, pero uno de trabajo para sus papás. Sam estaba en su habitación. Había estado actuando bastante raro desde que acompañó a Peyton a su fiesta de promoción.

Amanda hizo una mueca.

Extrañaba a Peyton. Había hablado con ella poco, luego de que había sucedido lo de Killian. Habían intercambiado algunos mensajes, pero nada más. Peyton le había asegurado que ella no tenía la culpa de nada de lo que había sucedido, sino que había ayudado a que dejaran de mentirle a la cara. Pero Amanda no podía dejar de pensar en que, de alguna forma u otra, había arruinado la relación de aquellos dos.

Amanda apartó de su mente a la pareja y regresó a Sam. Tampoco había podido hablar mucho con él, porque había estado actuando raro desde aquel día de la fiesta. Salía casi todos los días. Nadie sabía con quien, pero ella se hacía más o menos una idea. Matthew seguía lejos, después de todo. Y no había alguna persona más con la que su hermano quisiera salir, además de Asher.

Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando su celular comenzó a sonar. Lo observó y una sonrisa se formó en sus labios a penas vio que se trataba de Aiden.

-Hola –lo saludó, apenas contestó

-Hola, preciosa –saludó él, de inmediato.

-¿Cómo vas? –preguntó Amanda, porque él iba a ir a verla ese día, al igual que todos los anteriores días.

-Es probable que me demore un tanto, cariño –dijo Aiden, finalmente.

Y Amanda se encontró a sí misma suspirando. Lo había visto el día anterior, pero no podía evitar extrañarlo. Lo único que quería era pasar tiempo con él. Era egoísta, pero ya no podía evitarlo, sobre todo si él no dejaba de insistir en que tenían que estar juntos.

-¿Por qué? –preguntó, irguiéndose hasta quedar sentada en su cama.

-Una paciente nueva ha ingresado y me la han asignado –contestó. Había movimiento en la otra línea y Amanda supuso que debía estar realmente ocupado-. Tiene leucemia –agregó.

Amanda no pudo evitar hacer una mueca. Odiaba el cáncer. Siempre lo haría.

-¿Cuántos años tiene? –preguntó.

-Dieciocho –contestó Aiden.

-Pobre –murmuró Amanda y finalmente se puso de pie-. De acuerdo, entonces –dijo, sonriendo-. Sólo no te enamores de esta –agregó.