Idiota asesino |Editando

Capítulo XXIX

Capítulo  XXIX
ENFRENTAMIENTO

— Querida, que gusto tenerte con nosotros — dijo la madre de Dereck al verme en el umbral de su casa y me lleno de besos.

— Un gusto verte también, Marcela.

Salude con una sonrisa falsa y me adentré a la mansión de los Colmans sin esperar su invitación.

— Nos alegra demasiado que hayas hecho un campo en tu trabajo para estar con nosotros por unos momentos — sus zapatos de tacón hicieron compañía a su oración mientras me seguía.

— Dereck me lo pidió — respondí entrando a la sala de estar.

Antonio el padre de Dereck estaba hablando por teléfono, al verme ingresar a la habitación me sonrió a lo que le devolví la sonrisa y me senté en el sillón individual.

Marcela ingreso segundos después y se sentó en el sillón familiar.

Observe la decoración, todo estaba combinado en color dorado y crema, había una fotografía familia en tamaño gigante en el centro de la pared que daba frente a la puerta, los ventanales estaban semi-cubiertos por las cortinas de seda en color blanco y habían arreglos florales por toda la habitación, nada había cambiado desde la última vez que vine, fue hace dos años, el mismo tiempo en el que mis padres llevaban muertos.

Recuerdo exactamente que en el verano del año de su muerte, habíamos venido a esta casa, los Colmans realizaron una barbacoa, mis padres estaban felices de estar aquí; reían a carcajadas con Marcela y Antonio. Su ambiente era amistoso, yo me dediqué a observarlos desde la alberca donde estaba nadando, Dereck estaba en la oficina trabajando pero para el almuerzo llegó muy sonriente con un ramo de rosas blancas, las cueles me dio luego de saludarme con un beso en la mejilla.

— Querida Aneile.

La voz de Antonio me saco de mis pensamientos, estaba frente a mi sonriendo.

— Buenas tardes, Antonio.

Me levante y le di un beso en la mejilla. Tome de nuevo mi asiento, mientras él regresaba al lado de su esposa.

— Nos alegra tenerte aquí con nosotros — tomo la mano de Marcela y entrelazaron sus dedos — estas cambiada cariño — sonrió con tristeza —, recuerdo cuando eras una chiquilla que jugaba a la princesa y el sapo, Dereck siempre era el sapo.

Ambos soltaron una risita mientras negaban divertidos, mi ceño se frunció. Yo no recordaba jugar con Dereck, es más... no recordaba mucho de mi infancia, en donde los pocos recuerdos que tenía sólo eran escenas con mis padres y unas cuantas de Kayla juntos a Yanik jugando conmigo.

— Oh claro — sonreí para que no se notara que estaba mintiendo, ellos solo querían quedar bien conmigo al implantarme recuerdos los cuales nunca existieron — por cierto ¿A qué hora llegará, Dereck? — les pregunté inténtalo cambiar el tema.

Habíamos quedado que el día jueves en la noche se cumpliría la cena, Dereck iría por mí a la oficina y vendríamos juntos a casa de sus padres, pero no llegó por mí. Me llamo una hora antes, avisando que no podría ir a recogerme porque estaba liado en la oficina con unos papeles que su padre le había mandado a último momento.

— Dijo que tenía que ir a realizar unos pagos que tú le mandaste — respondió su madre confundida.

— Oh cierto, cierto, los pagos — « ¡Maldito mentiroso! » —, lo siento — me disculpe a lo que ellos sonrieron — pero últimamente no puedo dormir bien y eso me está haciendo estragos — intente explicar.