Capítulo 5.

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Los días pasaron y el famosísimo doctor Gregor Mendes, quien prometía crear un dispositivo que revolucionaría la vida como actualmente se conocía del que nadie aún tenía detalles, fue arrestado por poseer planos robados del gobierno ruso, para armar una bomba capaz de destruir el continente entero.

—Quién lo diría —fueron las palabras de la tía May, mientras veían las noticias desde el comedor a la hora del almuerzo—, ¿no era ese el científico de la teoría atómica que tanto te gusta?

Peter rodó los ojos ante aquello, porque ese científico no había creado teoría atómica alguna, pero no culpaba a su tía por confundirse. Enseguida, relacionó aquello con el repentino arresto del candidato presidencial, hacía ya dos semanas atrás.

Y el pensamiento lo atormentó durante el resto del día, hasta el punto de no poder dormir en plena noche de martes; tenía escuela al día siguiente. No dudó un solo instante en subir a la terraza del edificio a tomar algo de aire, lo necesitaba. Para sorpresa del muchacho, una delgada silueta se hallaba sentada en la cornisa del edificio, encorvada y cansada, con las piernas colgado del borde.

—¿Sarah? —pregunta el muchacho, cuando está un poco más cerca.

No la había vuelto a ver por la azotea, ni tampoco por los pasillos del edificio, a pesar de vivir en el mismo condominio. Tampoco se había atrevido a ir a su casa a preguntar, y menos apenas sabiendo su nombre.

La chica voltea la cabeza para mirar hacia la persona que le llama por su nombre, y una pequeña sonrisa es esbozada en sus labios cuando ve que es el joven de ojos oscuros de la otra vez.

—Parker —dice en contestación.

Peter se sintió apenado cuando le llamó por su apellido, recordando que ella había preguntado por su nombre y él, por alguna extraña razón, se había confundido.

—¿Qué tal está todo? —procede a decir la chica, girándose completamente hacia él y volviendo a colocar sus pies en el suelo.

—No lo sé —le respondió, encogiéndose de hombros—. Es decir, sí, bien, no sé, no me quejo, ¿sabes?

—Sí, entiendo.

—¿Y tú cómo estás?

—No me quejo, ¿sabes? —se burló, repitiendo la misma frase que había dicho Peter, resumiendo cómo se sentía en cuatro simples palabras.

A Sarah le causaba tanta gracia que Peter se confundiese al hablar; eso le había encantado desde el primer segundo. Era callado, tímido, y se le enredaba la lengua todo el rato.

Por otro lado, Peter tenía ganas de golpearse la frente contra una pared por no saber controlar sus propias palabras a la hora de hablar.

No es que no se sintiese cómodo en presencia de la chica; de hecho, el buen rato que había compartido con ella la primera noche tras sus frustraciones a lo largo de la semana, se había sentido más cómodo que nunca.

Se trataba de lo malo que era para hablar con personas en general. Él se caracterizaba por ser complaciente. Tenía miedo de arruinarlo todo por una simple palabra equívoca.

—Mira —apuntó con un dedo a la ciudad, que parecía tan lejana—, ¿ves ese edificio?

—Eh... —Peter realmente no sabía decir si lo veía o no; eran tantos edificios—, sí, lo veo.

—El que es altísimo, y tiene luces amarillas y verdes al final, el de la derecha.

Al castaño le llevó varios segundos ubicarlo, hasta que finalmente lo encontró y asintió con la cabeza.

—Ahí quiero vivir yo.

Peter no sabía por qué la chica le estaba diciendo eso verdaderamente, quizás solo buscaba hablar de alguna trivialidad, pero decidió que, por alguna razón, nunca olvidaría que ese era el edificio donde Sarah deseaba vivir.

—Es bonito —respondió Peter—. A mí me gustaría vivir en un edificio tan alto como la Torre Stark.

—¿La has visto?

—Sí, ¡las vistas en el último piso son increíbles!

—¿Y cómo lo sabes?

Tragó saliva enseguida y se dio cuenta de lo que estaba hablando; debía tener cuidado de no dejarse llevar por la conversación.

—Deben serlo, es el decir, es el segundo edificio más grande de Nueva York —se defiende el muchacho, intentando convencerse de que no había abierto demasiado la boca—. Su torre principal tiene noventa y tres pisos, la segunda treinta y cinco pisos y la tercera cincuenta y cinco.

Sarah asiente ligeramente con la cabeza mientras escucha a Peter parlotear, con el nerviosismo que lo caracterizaba muy de por medio. Sonrió; este chico le estaba encantado.

—Está repleta de cristales por todos lados y seguro que la luz natural diurna y nocturna debe ser... debe ser una bomba, en serio —siguió hablando como si poco le importara. Emitía las palabras, disparándolas como balas rápidas y directas—, daría lo que fuera por vivir ahí.

—Eres tan tierno.

La respiración de Peter se detuvo en seco, y su sonrisa se desvaneció casi al instante. No estaba acostumbrado a que le dijesen ese tipo de cosas, a menos que viniesen de su tía May y sus amigas de la clase de yoga. No sabía si quedarse callado, dar las gracias o devolver el cumplido.

—¿Qué tan buenas son tus calificaciones?

—Soy el mejor de mi clase —responde, sentándose junto a la chica encima del murillo.

—Se nota —concuerda Sarah, arreglando un mechón de su oscuro cabello—. Quizás, si lo deseas mucho y te esfuerzas para lograrlo, puedas trabajar para la mismísima Stark Industries, y podrás vivir ahí.

Peter sabía que no necesitaba ser ingeniero para visitar las torres; con un simple llamado de Anthony Stark, le bastaba para poder entrar. No obstante, la sonrisa volvió a la boca de Peter, y el brillo a sus ojos, como por arte de magia.

—¿Tú qué quieres hacer? —cuestionó Peter, en un intento de continuar la conversación.

—Aún no lo sé —la muchacha de gruesas cejas se encogió de hombros—, solo quiero hacer algo que pueda cambiar el mundo. Cambiarlo para bien.

Peter escuchó sus palabras. Y aún luego de que Sarah, poco más de una hora después, se despidiese para ir a la cama, esas palabras provenientes de los labios de la muchacha resonaron en su cabeza.

Él deseaba cambiar el mundo. Quizás no de la manera en que Sarah hablaba al respecto. Pero deseaba cambiar el mundo.

n/a: sigo actualizando pero no sigo escribiedo, kill me please, solo tengo 9 caps hechos y cuando voy a escribir abro el photoshop y me consume la vida y bUENO KDCIRLES.

btw pásense por mi librito de graphics si quieren un iconcito o una portadita ah.

también agradecería que si eres lector/a fantasma, dejes de serlo. Es desagradable.

City Lights | Peter ParkerWhere stories live. Discover now