Capítulo 12.

794 105 72
                                    


—Vaya —murmura la joven justiciera, luego de intentar atacar al joven araña y que éste esquivase sus golpes, pero no emitiese ningún contraataque—, ¿qué te sucede hoy, arañita?

—No he venido precisamente a pelear contigo, ¿sabes? —se sinceró el muchacho, tomando el puño de la chica justo cuando éste estaba por estamparle de lleno en la cara; dio la vuelta a su brazo y la dejó inmóvil por unos segundos—. Hoy me siento bastante generoso.

—Con que sí, ¿ah? —rio la chica cruzándose de brazos—. ¿Lo suficientemente generoso como para irte y dejarme hacer lo mío?

—Sí, de hecho.

Las intenciones de Peter esta vez eran bastante distintas que en sus últimos y tantísimos encuentros anteriores. Haría tal como el señor Stark le había pedido que hiciera, acercándose a la justiciera progresivamente, hasta finalmente poder llegar a un acuerdo en el que pudiesen formar una alianza con ella y facilitar las cosas. Todo apuntaba a que, si se hacían las cosas bien, podía salir todo a la perfección...

Solo había un pequeño detalle: Parker no tenía un plan definido de qué hacer o qué decir. El muchacho se reprochaba a sí mismo por siempre dejar todo para último minuto.

Pero eso era completamente indiferente, ¿no es así? ¡Claro que sí! Cuando tienes telarañas y mucha determinación, ¡no importa qué tan mal hablador seas!

Lástima que el joven no pensase lo mismo.

—¿Viniste solo a molestar? —se quejó la chica, quedándose quieta, luego de intentar golpear varias veces a su oponente y que éste esquivase cada uno, pero sin devolver el golpe o al menos mostrar intención de hacerlo.

—No exactamente.

Peter dio una larga voltereta hasta acabar del otro lado de la habitación, donde los puños de la muchacha no fuesen capaces de alcanzarlo, y procedió a tomar la memoria que llevaba guardada, enseñándosela.

—Tengo algo que es tuyo —pronunció aquellas palabras en un tono más burlón que siquiera amable, pero se encontraba tan nervioso que no se hallaba a sí mismo pensando con claridad.

—No sé de qué hablas.

—Es en serio, que vengo en son de paz —sigue insistiendo. Sabe que la muchacha no es tonta, para nada tonta—, y con una sabrosa oferta.

—¿Tan sabrosa como meterte una patada en los huevos ahora mismo? —y seguido de aquello, la chica se acerca más a él para asestarle un golpe directo a la entrepierna, el cual Peter consigue evitar a tiempo, para su propia suerte.

—¿Te gusta golpearme ahí?

—Me gusta golpearte en general.

—Oh, vaya.

La chica no paraba de mover los puños efusivamente en dirección del joven araña, y este no paraba de dar vueltas de un lado a otro, evitando que ella llegase a tocarle siquiera un pelo. Se sentía bastante orgulloso, puesto que no había seguido los consejos de Anthony Stark de entrenar un poco más, sin embargo, estaba rindiendo bastante bien.

—Nunca te he preguntado tu nombre —comenta el chico araña de manera bastante casual, como si estuviese hablando con cualquier persona que recién acabase de conocer en la calle.

—Debes estar bromeando —la justiciera se desestabilizó un poco con aquella pregunta, y se quedó paralizada por un segundo; le hizo perder defensa, por lo que optó por solo retroceder y estar alejada del Hombre Araña lo más posible, y así en caso de que fuese a atacarle, podría tener más tiempo de pensar en una defensa.

City Lights | Peter ParkerWhere stories live. Discover now