IN FOCUS.

Capitulo 10.

Las siguientes semanas estuvieron llenas de incomoda y tímidas miradas entre Jiyong y Vick mientras se acostumbraban a estar juntos ahora que habían empezado una relación. Cada vez que Vick observaba a Jiyong, se sentía como una niña de 12 años, sonriendo de oreja a oreja, volando por cada palabra que decía pero honestamente esa era la forma en la que el menor le hacía sentir.

No salían mucho ya que podían reconocer a Vick y no quería causar una escena además que no querían hacer pública su relación por obvias razones. Pero cuando tenían la oportunidad salían a comer o a ver una película, a Vick le gustaban las típicas citas cursis porque le hacían sentir una persona normal y a Jiyong no le importaba mientras salieran juntos.

En una de sus citas, fueron a un restaurante que no era muy frecuentado, era mitad de semana así que no habían muchos comensales, Vick sabia esto y pensó que era una buena oportunidad para tener una linda cena juntos sin que nadie los molestara. Estaban sentados al fondo mirando el menú cuando el camarero les llevó una botella de vino, sirvió dos copas antes de tomar sus órdenes y partió dejándolos disfrutar sus bebidas.

Ambos se miraron a los ojos tomando pequeños sorbos mientras se miraban esperando que alguno hablara. Habían empezado a hacerlo desde sus primeras "citas", tenían esos concursos de miradas. Vick había empezado a hacerlo porque hacía estremecer a Jiyong, algo que le encantaba al mayor era verlo frustrado. Después de unas cuantas veces, Jiyong se había acostumbrado y le devolvía la mirada tratando de hacer que el mayor se estremeciera. Vick estaba siendo testarudo esta vez, así que esperaría a que el menor hablara primero. Jiyong sabía lo que planeaba así que decidió seguirle el juego así que la tensión siguió creciendo.

El menor dejó la copa en la mesa, uniendo sus manos para apoyar su rostro y mirar directamente a Vick, retándolo. El mayor sonrió y tomó un último sorbo antes de imitar las acciones de Jiyong y clavar sus ojos en él. Jiyong entrecerró los ojos y le dio una pequeña sonrisa pícara. Quería ver cuánto podía durar porque si fuera por él, se sentaría a mirarlo hasta el fin de los tiempos. Mientras continuaba su tarea pudo ver que había algo en los ojos de Vick que no había visto antes. Una chispa o una pista de alguna clase emoción, no podía descifrar que era.

Era algo... divertido.

Jiyong continuaba mirándolo, así que Vick rodó su lengua lentamente por sus labios tratando de sacarle una reacción al menor.

Y lo hizo.

Jiyong trató de no demostrar nada pero no pudo hacerlo. Sus ojos se abrieron y Vick pudo escuchar como tragaba grueso. Apenas y divisó el movimiento en la garganta de Jiyong, los ojos de Vick se desviaron hacia dicho lugar. Observó cómo su manzana de Adam subía y bajaba. Que no daría por estar cerca de su cuello, pensó casi dejando salir un pequeño gemido. Trató de recordar que estaban en un restaurante... pero siempre había un después.

Jiyong vio el pequeño cambio en la expresión de Vick y sabía cuál era motivo así que decidió ir más allá. Con una sonrisa pícara llevó su mano a la barbilla y lentamente empezó a morder su labio sin perder el contacto visual.

Vick vio el gesto de Jiyong y sabía que se había quitado los guantes para jugar sucio. Después de la noche de confesiones, el menor descubrió cuanto le afectaba a Vick que mordiera su labio, lo había guardado para poder usarlo después y naturalmente este era el momento perfecto para sacarlo en medio del restaurante.

Vick se acomodó en su asiento y cruzó las piernas, Jiyong sonrió triunfante por la reacción que había logrado sacar del mayor pero lo que no captó fue que Vick se había movido a propósito. Dejó creer a Jiyong que había ganado pero después movió su pie y lentamente acarició la pierna del menor. Este se sacudió golpeando la mesa con sus rodillas creando un ruido en el lugar. Vick no pudo contenerse y empezó a reír ante el hombre sonrojado. Jiyong lo miró susurrando —Eso no fue divertido—