Axl Rose (por todas conocido) sufre una ceguera temporal, en este periodo contrata a su secretaria, Becca.
Y claro, tratándose de él, el romance está asegurado.
Pero cuando se presenta su banda (Guns N Roses) se forma un triángulo amoroso entre Axl...
-—¿Axl?-—era la primera vez que entraba en un calabozo y no lo esperaba así. Sí que era como en las películas en cuanto al lugar en sí, pero cuando yo entré no había ni pizca de ese ambiente sombrío y hostil. Axl estaba de pie sobre uno de los bancos incitando a los demás presos a hacer los coros de ParadiseCity.
-—He pagado tu fianza...-— todos los reos se giraron para mirarme con odio, así es, les había jodido el concierto.
-—Haz que salga de aquí ya, por favor.-—me rogó el guardia mientras Axl se despedía de los presos enfervorecidos.
-—Lo que te habría hecho pelirroja...-— dijo uno de ellos. Me quedé algo extrañada, yo no tenía el pelo de ese color... ah, no hablaban conmigo.
-—Hey.-—dijo cuando le ayudé a salir de la celda.-—Un público genial... ¿eres Becca? Hueles a su perfume.
Menos mal que no pudo ver mi sonrisa incontenida, mi incontinencia expresiva, todos tenemos nuestros fallos...
-—Sí.-— no pude ni acabar un triste monosílabo cuando su lengua estaba en mi garganta. Le empujé tratando de salir del shock, ese preso tenía intenciones más puras con Axl que él conmigo.
Me sentía desorientada como si me hubiesen tapado los ojos y obligado a dar vueltas durante tres horas.
-—Eres un capullo.-— le di una bofetada que me salió del alma y le dejó mi huella en un tono fresa y malva (no me quité los anillos).
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En el siguiente capítulo: Becca no está muy contenta y sin quererlo provoca un accidente.
