Guns N Roses. La Debacle.

parte52¿Plata o plomo?

-En serio, ¿tienes ojos o no?- reí al entrar en el salón, en mi mano estaba la revista Rolling Stones con Slash en la portada.- Te voy a cortar el pelo y lo venderé.- esperaba que contestaste con algo sobre clonar sus genes o por el estilo, pero se quedó mirando al suelo.-¿Ricitos?- había una botella de vodka sobre la mesa y estaba vacía.

-No podemos seguir sin él.- al segundo supe de qué hablaba y odié tener que estar de acuerdo porque yo no era nada en la banda.

-Si es lo que quieres... mañana hablaremos con Duff y los demás para arreglarlo.- me senté junto a él, siempre a su lado en lo bueno y en lo malo.

-Han sido ellos los que me han llamado... queremos saber si te parece bien.- yo asentí para besar su mejilla y bajar hasta el cuello.- Hemos quedado con Axl esta tarde, quiere hablar de su vuelta a la banda.

-Pero no puedo, tengo cita con el médico.- normalmente habría ido con los chicos, pero mi salud estaba en juego, hacía un par de meses había empezado a vomitar por las mañanas y a sentirme extraña.

-Joder... - gruñó de esa forma que significa «quiero seguir hablando sobre esto y necesito que me preguntes» en lenguaje masculino.

-Sabes que tengo que ir, creo que podréis sobrevivir sin mí a Axl y...- habría seguido hablando pero Slash me paró (y menos mal porque no sé si hubiera podido tragarme todas las palabras que pretendía soltar).

-No es por eso, es solo que me gustaría ir contigo.- me abracé a él.- Y además no hemos podido estar sin Axl ni un día.- tuve que aguantar las ganas de reír, el pelirrojo era insustituible.- Por favor, cambia de tema.

-De acuerdo... ¿quieres oír una historia de mi infancia?- el asintió poniendo un cigarrillo en sus labios mientras buscaba el mechero.- No, no fumes.- él suspiró pero me hizo caso.- Vale, esta es la historia de cómo casi me detienen cuando tenía siete años.

-¿Qué?- por su sonrisa parecía haber olvidado el tema.

-Bueno, fue porque me dedicaba a llenar bolsitas de plástico con nieve falsa y repartirlas entre mis amigos.- ya no podía evitar las carcajadas.- Más y más niños me empezaban a pedir nieve, hasta que un día la policía se presentó en mi casa porque creían que una niña de siete años había creado un sistema para repartir cocaína.

-Becca,- casi no podía hablar, le salían lágrimas de los ojos por tanto reír.- ¿plata o plomo?

En el siguiente capítulo...

Becca irá al médico y sabremos qué es lo que la ocurre, además Axl ya ha hecho sus propios planes para la banda.

Próximamente: Parte53 No era lo que pensaba