parte17 hicieron llorar a los perros de toda la ciudad

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Estaba en uno de esos momentos geniales, en los que no ocurre nada especial pero te sientes como flotando en tu interior.

Una habitación de hospital llena de humo (culpa de Axl) no era el lugar más romántico del mundo, pero esta vez lo fue.

Abrazada a él en silencio.

—Llevas horas mirándome.— le dije deleitándome con sus ojos.

—Y no creo que me canse nunca.

Se me abrió el cielo, era el instante perfecto para decirle que sentía haberle rechazado , pero oí un ruido, como una lluvia muy fuerte, más bien granizo.

—¿Qué es eso? — le levanté de la cama.

—Estará lloviendo, ya parará, vuelve. Nada dura eternamente, ni siquiera la lluvia de noviembre.— se puso en pie para seguirme.

Me acerqué a la ventana, el cielo estaba despejado y las pocas nubes que había eran blancas como el algodón.

Di un pequeño salto cuando algo chocó en el cristal haciendo el ruido de lo que yo creí granizo.

Miré abajo cuando una segunda piedra llegó a la ventana.
Todo el aparcamiento estaba lleno de fans gritando con pancartas y coreando los nombres de los miembros de la banda.

Axl miró por la ventana junto a mí y los fans también le vieron.

—¡¡¡Axl!!!— sus gritos habrían reventado un sonómetro, y eran tan agudos que hicieron llorar a los perros de toda la ciudad.

En el siguiente capítulo:
Los médicos y pacientes les invitan cordialmente a abandonar el hospital (vamos, que les echan) y tienen que lidiar con los fans.

Próximamente...
parte18 Tómame como tomas tu guitarra

 Guns N Roses. La Debacle.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora