Capitulo 18

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18.

“— ¿Quién eres? —Preguntó la dulce niña, temerosa.

 La gran bestia suspiró.

— ¿Yo? —Respondió este—. No soy nadie.”

Lo recordaba.

Es lo principal que pienso cuando me despierto.

Recuerdo. Lo recuerdo.

Primero abro los ojos, no bruscamente, sino más bien despacio, tomando mi tiempo para “estabilizarme” de alguna manera. El cuarto en donde me encuentro es paralelo, raro, jamás visto para mi mente. Ni demasiado ancho ni demasiado alto. Raro.

Pero luego observo los discos pegados a la pared, un gran cartel que dice: “NIRVANA” y mi zapatos a un lado de la cama. Y sé que estoy en mi habitación.

¿Alguna vez viste, en las películas esas personas que saltan de altos edificios, rompiéndose todos los huesos? ¿Alguna vez te preguntaste que se sentiría la sensación en la vida real? ¿Cómo se sentiría tus huesos completamos destrozados? Yo apenas y pude sentirlos. Estaban entumecidos, por todas partes ardía de dolor, desde la punta de los dedos hasta mi cuero cabelludo.

Un malestar abrazador se posó en mi mejilla, que latía casi con vida propia. Y dolía, dolía demasiado.

Como acto reflejo me llevo una mano en la herida, y chillo de puro sufrimiento. Miro mis dedos con la vista aun borrosa, están manchadas con sangre seca.

Cierro los ojos, arrugando mi nariz.

Y todas las imágenes de ayer vienen a mi mente, de golpe.

Un sonido… ¡Crack!

El rápido sonido de la navaja en el aire, la hoja deslizándose por mi mejilla sin una pizca de piedad.

Sus fieros ojos electrizantes.

Un lago de sangre a mis pies, cayendo como gotitas de lluvia.

Labios azules.

Sollozos.

Fríos ojos mirándome.

La risa del diablo.

Un blanco abrazador.

Dolor. Dolor. Dolor.

Nada.

Luego no hay nada.

Las imágenes se detienen en mi mente, dejándome mareada. «No hay tiempo para pensar» Levanto la vista hacia mi reloj «6:00 A.M.» Bien, mamá no ha despertado aun. Con el alma arrastrándome por el suelo por el dolor me levanto, mis piernas se sienten como gelatinas, y mi cuerpo tan pesado como un camión. Pero aun con todo el dolor, sigo caminando, con pasos tan rápidos posibles. Cojo una blusa con mangas largas, unos jeans azules y mis zapatos para correr.

Con pasos acelerados pero sigilosos me dirijo escaleras abajo, asegurándome por si las moscas que mi madre no este rondando por allí, y me pregunte donde demonios voy tan temprano.

No hay tiempo para nada ahora.

Apenas y me miro al espejo antes de salir, me alcé mi cabello en un alto moño, y ni siquiera me molesté en cubrir mucho los daños en mi piel. Me lavé la cara unas cuantas veces, para poder quitar la sangre seca de esta. Ahora el gran daño que me ha hecho la navaja, solo se ve como un largo rasguño. Pero aun así tengo un moretón muy cerca de mi sien.

Incluso con todo eso, corro por las aceras de Chicago. Observo la hora un par de veces. Las «6:25 A.M.» Cuando llego a Southwest son las 6:35 justo. Mi respiración es entrecortada, y el cuerpo me grita con sufrimiento.

Keep a secret | Zayn Malik.Where stories live. Discover now