No huyas de mí

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Me levanto, me baño y organizo mi habitación para luego bajar a hacer mi desayuno.

Desde ayer no veo a Zoe y está bien que estemos peleadas, pero ya estoy algo preocupada.

Decido llamar a su móvil, lo hago y escucho la melodía proveniente de su habitación.

Subo las escaleras y giro el pomo de su puerta, no solo está su móvil, Zoe también se encuentra ahí, tumbada sobre la cama.

Parece estar más de un año sin dormir, se ve muy mal, está pálida y hasta se ve mucho más delgada.

-Zoe... ¿Estás bien?- le pregunto en un susurro mientras me acerco a ella- ¿hace cuanto estas aquí?- le pregunto de nuevo.

-Estoy bien- responde ella apenas en un hilo de voz.

-Claro que no lo estás, iremos al hospital- le digo mientras me levanto de la cama para salir de su habitación y buscar las llaves del auto.

-No- dice ella apenas audible.

-No te estoy preguntando, Zoe- grito frustrada.

Bajo las escaleras, busco las llaves del auto y una bata para que Zoe se vista.

Vuelvo a la habitación, le entrego la bata para que se la ponga y la ayudo a levantar para irnos al hospital.

***-***-***-***-***

Algunos unos minutos de recorrido y ya nos encontramos en el hospital así que llamo un enfermero para que me ayude con Zoe.

La sientan en una silla de ruedas y me indican que espere.

Ya es hora de ir al instituto y no lo pienso hacerlo hasta que me digan que Zoe está bien, por lo cual decido llamar a Axel por si no puedo ir a final de clases con él como habíamos quedado.

Timbre número uno...
Timbre número dos...
Timbre número tres...
Timbre número cuatro...

Mis esperanzas de que conteste se agotan.

-¿Hola?- dice una voz chillona y femenina al otro lado.

-¿Hola?, ¿crees que podrías pasarme a Axel?- pregunto , tal vez tiene una hermana y no me ha contado.

-¿Eres Manuela?- pregunta la chica de vuelta sin contestar la que yo le he hecho, abro mis ojos como platos ante la sorpresa e intente hablar.

-Sí...- afirmo en forma de respuesta un poco confundida y sorprendida al mismo tiempo.

La escucho maldecir y susurrar: "mierda, no debí contestar, Axel me matara" ¿y lo que escucho luego?, nada, me ha colgado.

Un extraño sentimiento se cuela en mí, ¿acaso Axel se ha atrevido a dar órdenes de no contestar mis llamadas?

-Familiares de la señorita Zoelik- llama el doctor.

-Yo- digo mientras me acerco a toda prisa hacia él.

-Señorita, ella no ha comido durante dos días aproximadamente por lo que la tendremos aquí hasta mañana, para hidratarla, por poco y se hubiera podido desarrollar una gastritis, si gusta verla acompañeme por favor- me explicaél.

Le digo que si con la cabeza y este me lleva hasta la habitación de Zoe, entro y la veo acostada en la camilla con una bata azul cielo.

-Muchas gracias doctor- le digo cuando noto que se dispone a salir de la habitación.

El solo asiente y me regala un pequeña sonrisa.

-¿Te sientes mejor?- le pregunto mientras estrecho su mano entre las mías.

Maldito Andrés °Sin Corregir°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora